Un incidente en las instalaciones del Hospital General de Cancún «Jesús Kumate Rodríguez» generó una aparatosa movilización de elementos policiacos y momentos de tensión cuando un hombre que era custodiado por los uniformados provocó un forcejeo que derivó en la caída del arma de cargo de un oficial de la Policía Municipal.
De acuerdo con información recabada en el lugar de los hechos, el sujeto había sido arrestado horas antes por causar disturbios en la vía pública y fue llevado al hospital poco después de las dos de la tarde debido a que presentaba varias lesiones que requerían atención médica urgente. Fue ingresado al área de urgencias bajo custodia policial.
Inicialmente, algunos reportes preliminares sugerían que el individuo sufría de esquizofrenia, sin embargo, tras una valoración preliminar, se descartó esta posibilidad. Las autoridades señalaron que, en realidad, se trataba de una persona con un comportamiento errático, posiblemente bajo el influjo de alguna sustancia psicoactiva.
Algunas versiones también aseguraban que el presunto infractor había despojado del arma al elemento de la policía, sin embargo, esta versión fue rechazada mas tarde por la propia corporación señalando que se había tratado solamente de un forcejeo.
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El informe de los agentes aclara que una vez dentro del hospital, el hombre comenzó a mostrar una actitud agresiva hacia el personal de salud. En un momento intentó salir del área sin autorización, lo que obligó a los policías encargados de su custodia, junto con elementos de seguridad privada, a intervenir para evitar su fuga.
Durante el intento de contención, el individuo ofreció resistencia violenta, por lo cual en medio del forcejeo, el arma de cargo de uno de los elementos de la Policía Municipal se soltó de su funda al atorarse presuntamente con una de las estructuras metálicas de la camilla.
Debido a la presión y movimiento, los seguros del cinturón que sostenían el arma se rompieron, provocando que el arma cayera al suelo. De acuerdo con los propios agentes, un segundo agente logró asegurarla de inmediato, impidiendo que se convirtiera en un riesgo para quienes se encontraban en el lugar.
El altercado se prolongó por varios minutos hasta que activado el Código Rojo llegaron más elementos de la corporación. El detenido fue finalmente inmovilizado y asegurado a la camilla con barandales para evitar nuevas agresiones.
Afortunadamente, no se registraron disparos y en ningún momento el civil tuvo acceso al arma aseguró la dependencia de seguridad pública. Una vez restablecido el control en el área, las autoridades se retiraron del sitio sin que se reportaran heridos adicionales.
Con Datos de Luis Hernández