La Zona Arqueológica El Meco, ubicada en Cancún, Quintana Roo, reabrió sus puertas al público luego de concluir las obras de restauración y mejora impulsadas por el Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza).
Este importante proyecto, gestionado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), forma parte de una iniciativa para rescatar y conservar el legado cultural de la región, a la par que se optimizan los espacios para el disfrute de los visitantes.
El evento de reapertura, celebrado el pasado 18 de diciembre de 2024, se destacaron los avances logrados en la rehabilitación de este emblemático sitio arqueológico.
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Los trabajos no solo incluyeron la restauración de sus monumentos, sino también la construcción de nuevas instalaciones, entre las que se cuentan áreas de recepción, servicios y senderos interpretativos. Con estas mejoras, El Meco se integra a un circuito turístico que permitirá a los visitantes explorar otras zonas cercanas, como las ruinas de El Rey y San Miguelito, así como el Museo Maya de Cancún.
Este puerto maya, que fue un enclave clave para el comercio marítimo entre los siglos VI y XV d.C., recupera ahora su conexión con la costa, un vínculo perdido desde la década de 1970 debido a la construcción de la carretera que conecta Puerto Juárez con Punta Sam. Esta revitalización también es vista como un esfuerzo para potenciar la economía local y aumentar el flujo turístico, tanto nacional como internacional.
El Promeza, además de las labores de restauración, incluyó una serie de acciones enfocadas en la investigación, conservación arqueológica y la adecuación de espacios para el resguardo de materiales, lo que ha permitido dar nueva vida a este sitio prehispánico. Entre las instalaciones mejoradas se encuentran una tienda de artesanías, una librería, y una fuente de sodas, que complementan la experiencia del visitante.
El Meco es conocido por su majestuosa estructura llamada El Castillo, una pirámide de 12.5 metros de altura que es considerada la más alta de la región de la Costa Oriental.
El Meco ha sido objeto de estudios arqueológicos desde finales del siglo XIX, comenzando con los primeros exploradores como Augustus y Alice Le Plongeon, quienes visitaron el sitio en 1877.
Posteriormente, otros arqueólogos como Teobert Maler y William Holmes contribuyeron al conocimiento de este asentamiento maya, destacando la relación arquitectónica de El Meco con otras zonas como Tulum y Muyil.
A lo largo del siglo XX, se realizaron importantes investigaciones que permitieron identificar que El Castillo podría haber sido un centro de peregrinaje, idea propuesta por el arqueólogo Samuel Lothrop, quien observó similitudes entre las estructuras de El Meco y las de Tulum.
Estos estudios, financiados por el Instituto Carnegie de Washington, sentaron las bases para las futuras investigaciones que, desde la década de 1970, han continuado con el apoyo del INAH, a través de importantes figuras como Peter Schmidt y Elia Trejo.
La reapertura de El Meco forma parte de un esfuerzo más amplio para fortalecer la preservación y el acceso al patrimonio cultural de Quintana Roo. En total, 10 zonas arqueológicas en el estado, entre las que se incluyen Oxtankah, Ichkabal, Chacchoben, Kohunlich y Cobá, han sido objeto de atención por parte del Promeza.
De acuerdo con el INAH, estas acciones buscan no solo proteger los vestigios de las antiguas civilizaciones, sino también promover un turismo sostenible que permita a las futuras generaciones conocer y valorar la rica historia de la región.