Cansancio de personal y hospitales a punto de saturarse por Covid-19. Luego de cuatro meses de haberse agudizado la contingencia sanitaria por COVID-19, de manera general la capacidad hospitalaria todavía no está saturada, sin embargo, el rendimiento del personal médico, enfermería y apoyo, decrece.
El panorama es complejo porque se espera, con base a la Organización Mundial de la Salud (OMS), que esta tendencia se mantenga al menos durante los próximos dos meses.
El pasado 23 de marzo se decretó el inició con la contingencia sanitaria en Quintana Roo. Hasta ahora se reportan siete mil 970 casos positivos de SARS-CoV-2 con mil 18 defunciones.
Hay 612 muestras en estudio, cinco mil 237 en estudio y tres mil 893 pacientes recuperados.
Si bien la población de riesgo es conformada por aquellos que padecen enfermedades crónico-degenerativas y menores de cinco años, un sector vulnerable es el del Sector Salud.
De acuerdo a los Servicios Estatal de Salud, son 577 trabajadores de este rubro contagiados con el virus. 120 entre doctores y enfermeras, el resto es personal de apoyo. Hasta ahora 13 médicos han fallecido.
Al agudizarse la contingencia, son latentes más contagios entre personal del Sector Salud, cuya capacidad y rendimiento han mermado.
El personal médico tiene que laborar horas extras y la queja recurrente estriba en que la remuneración económica no es recíproca.
Los insumos de trabajo, como “cubre bocas”, “caretas” y guantes, principalmente, son adquiridos por los trabajadores, pues la SESA no les aporta.
El cansancio y estrés son evidentes. Existen médicos y enfermeras que laboran en otras clínicas, y que en ocasiones no se presentan a trabajar. Las inasistencias generan complicaciones para brindar atención a los pacientes.
Los trabajadores que padecen enfermedades crónico degenerativas, en gestación fueron retirados por tiempo indefinido.
Además de atender a personas con COVID-19, se tienen que atender emergencias. Por ello algunas personas no han podido consultar o ingresar a los hospitales.
El jefe del Ejecutivo Estatal anunció se contrataron 800 nuevas personas. Sin embargo, la demanda crece y se requieren más.
Según lo vertido por familiares de pacientes, la problemática mayor es la falta de camas.
En Playa del Carmen hay 190 camas mientras que en Tulum 50. Cozumel cuenta con 30 y Othón P. Blanco con 105. En Cancún se cuenta con más de 200.
Hasta el momento los hospitales Insabi albergan casi 200 espacios disponibles.
Según el reporte técnico de la Secretaría Estatal de Salud (Sesa), salvo en Felipe Carrillo Puerto, donde el nosocomio ya colapsó, en los demás aun hay capacidad de atención.
Las autoridades establecen que la demanda hospitalaria de Bacalar es del 60 por ciento; en Benito Juárez del 41; Cozumel reporta 59; Othón P. Blanco 53; Solidaridad, 45 y Tulum 28.
El domingo pasado C. D. G. acudió al Hospital General de Chetumal con su papá que presentó sintomatología de COVID-19, pero no se le aceptó por falta de camas. Acudió al Insabi y ocurrió lo mismo.
Recriminó el actuar de los galenos pues la negativa a prestar el servicio denota que la capacidad hospitalaria ya saturó.
El Gobierno del Estado proyecta contratar los servicios de cuatro hospitales particulares para atender a pacientes de Benito Juárez, Solidaridad, Tulum, Cozumel y Chetumal.
Esto deja entrever que la capacidad hospitalaria puede ser rebasada.
De acuerdo al Semáforo Estatal de Riesgo Epidemiológico, a partir de este lunes y hasta el 9 del presente la Zona Norte de mantiene en color naranja mientras que el Sur en rojo.
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