Por Staff
El futbol logra lo impensable, lo que divide la sinrazón y el afán intervencionista del presidente estadounidense Donald Trump ante la probable firma de un Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Canadá y México, el balompié dio una muestra de unidad y trabajo conjunto, al designar FIFA a través de su presidente el suizo Gianni Infantino una sede compartida para los tres países.
Aunque durante la celebración de la designación de dicha sede para el Mundial de Futbol 2026 la dio el presidente de la Federación Mexicana de Futbol, Decio de María, al festejar haciendo la trístemente, obscena y vulgar “roqueseñal”, algo totalmente fuera de lugar.
La decisión de la sede se logró gracias a 134 votos a favor, 64 para la candidatura de Marruecos y un voto nulo, así los tres países del norte del continente serán los anfitriones de la Copa del Mundo. En 2026 se contará con la participación de 48 selecciones, a diferencia del formato actual, que cuenta con la participación de 32 equipos.
La organización se repartirá entre tres países aunque Estados Unidos albergará el 75 por ciento de los encuentros (60 partidos). La única experiencia previa de organización compartida fue en el Mundial de 2002, que se jugó en Corea del Sur y Japón.
En caso de que la ceremonia y el juego inaugural sea en México, el Azteca podría convertirse en el único campo que acoge tres partidos de inauguración en la historia.
El presupuesto presentado por la comisión de los tres países para la candidatura estadounidense prevé costes de 2 mil 160 millones de dólares y beneficios de 14 mil 300 millones, casi el doble de lo que preveía Marruecos.
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