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Anahí se comió su placenta tras dar a luz

Hace poco más de un año, la cantante y actriz Anahí se metió de lleno a su papel más importante, el de la maternidad, de allí comenzó su investigación sobre todos los beneficios que podía a hacer para mantenerse y mantener a su bebé sano.

La ex RBD pronto sacará un libro llamado Valiente donde cuenta detalles muy personales de su vida, como el haber consumido su placenta luego de dar a luz.

Anahí se comió su propia placenta

Anahí, quien saltó a la fama mundial tras aparecer en la telenovela RBD, ahora inicia una nueva etapa como escritora y ha publicado su primer libro titulado ‘Valiente’. En él, habla precisamente de lo que la impulsó a comerse su placenta.

“La verdad es que sí me metí a estudiar, a aprender y a conectarme con el planeta parto. Las propiedades de la placenta las explico bien en el libro”

“Comerte la placenta te llena de vitamina K, te ayuda a recuperarte mucho más rápido, a que el útero se contraiga más rápido”, reveló Anahí.

Comerse la placenta después de dar a luz es una práctica que se está convirtiendo en tendencia luego de que estrellas como Kim Kardashian, Kourtney Kardashian y Anahí dieran a conocer al mundo que lo han hecho.

Al parecer esta tendencia se está volviendo muy común entre las famosas y la más reciente adición ha sido Hilary Duff quien también ya la consumieron.

¿Riesgo para la salud?

De acuerdo a una investigación, publicada en American Journal of Obstetrics and Gynecology, no se ha encontrado ninguna evidencia científica sobre los beneficios de la placentofagia, acto de comer la placenta cruda, cocida o en forma de píldora.

La placenta sí cumple una función primordial durante el desarrollo del bebé, ya que es el primer órgano que se forma. Esta es una masa esponjosa, adherida al útero que establece el intercambio de oxígeno y sustancias nutritivas entre la madre y el embrión.

La placenta actúa como un filtro para absorber y proteger al feto de las toxinas y los contaminantes. Suele pesar 0,45 kg aproximadamente.

De acuerdo a Daniel Benyshek, profesor asociado de antropología en la Universidad de Nevada, las primeras referencias publicadas sobre la placentofagia fueron durante la década de los sesenta en Estados Unidos, asociado a otras prácticas como el parto natural o dar a luz en casa en vez de acudir a un hospital.

Aún así asegura que a lo largo de estos diez últimos años es cuando ha experimentado mayor popularidad, hasta el punto de que existen recetas de cómo prepararla de manera casera.

No obstante, en un informe realizado por el Centros para el Control y Prevención de Enfermedades se relató el caso de un bebé en Oregón, Estados Unidos, que tuvo una infección recurrente producida por estreptococos, debido a que su madre había estado ingiriendo las famosas cápsulas. La progenitora le había pasado la infección a su hijo a través de la lactancia por tomar estas píldoras, las cuales dieron positivo en la bacteria.

Mitos y realidades de comerse la placenta

El problema que señalan los investigadores es el gran desconocimiento que hay en torno al tema por parte de médicos y madres, así como una gran falta de investigaciones y de regulación sobre cómo se prepara y almacena la placenta.

Desmienten varios mitos sobre comerse la placenta:

  • No es una gran fuente de hierro. Si bien es cierto que muchas embarazadas necesitan un suplemento de hierro después del parto, comer la placenta de tu hijo no ayudará. Un estudio, publicado en Journal of Midwifery Women’s Health, reclutó a 23 mujeres embarazadas para comprobarlo.
  • No ayuda a superar la depresión post-parto. Este es uno de los grandes motivos por el que muchas se lanzan a consumirlas. No obstante, los investigadores de la Universidad de Nevada también desmontaron la teoría de que estas píldoras mejoraban el estado de ánimo, la fatiga y regulaban los niveles de hormonales.
  • Su elaboración puede no ser segura. Si no se filtran adecuadamente los residuos, además de nutrientes, también se pueden pasar enfermedades o infecciones como le sucedió a la madre estadounidense que te mencionamos anteriormente.
  • Así que antes de seguir una tendencia como esta, infórmate adecuadamente para no poner en riesgo tu salud y la de tu bebé.

Juan Pablo Sánchez

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Juan Pablo Sánchez
Etiquetas: AnahílibroRiesgos