Bad Bunny enfrenta una demanda millonaria en su natal Puerto Rico. Un residente de Humacao, Román Carrasco Delgado, de 84 años, acusa al cantante de haber utilizado su casa sin permiso en varios proyectos relacionados con su música y presentaciones en vivo.
La propiedad, conocida localmente como La Casita, aparece en un cortometraje y además fue replicada como parte de la escenografía de sus conciertos en Puerto Rico.
La controversia comenzó tras el lanzamiento del cortometraje “Debí Tirar Más Fotos”, donde se muestra la vivienda del demandante.
Según Carrasco, su hogar fue filmado y más adelante replicado como una estructura de tamaño real para los espectáculos de la gira «No Me Quiero Ir de Aquí», realizados en el Coliseo de Puerto Rico.
La casa de Román Carrasco, pintada de color salmón con detalles amarillos y una terraza al frente, fue parte visual clave en el cortometraje lanzado por Bad Bunny en enero de este año.
Posteriormente, una réplica de tamaño real fue utilizada en los 30 conciertos que el artista ofreció en su isla natal.
Román Carrasco asegura que nunca autorizó que su casa fuera utilizada de esa manera. De acuerdo con la demanda presentada, el señor firmó un documento en una pantalla de celular, sin poder leer lo que decía, ya que “no sabe leer ni escribir”.
En su declaración, sostiene que se le habló únicamente del cortometraje, pero no se le explicó que su vivienda también sería usada como modelo para espectáculos, mercancía o material promocional.
El afectado expresó en la demanda que “nunca se le informó que la casa sería replicada para conciertos, mercancía o material promocional”, y que su consentimiento fue obtenido bajo condiciones poco claras.
Desde que la casa apareció en el cortometraje y en los conciertos de Bad Bunny, Román Carrasco ha experimentado una exposición mediática no deseada. Según relata, su hogar se ha convertido en una especie de atracción turística improvisada en el que las personas se toman fotos sin su autorización.
Esta situación ha llevado al demandante a exigir una compensación económica por daños emocionales, angustia mental y explotación comercial.
Además, considera que el uso de su propiedad ha generado beneficios económicos para el artista y su equipo, sin que él haya recibido ningún tipo de compensación.
La demanda, presentada ante los tribunales en Puerto Rico, solicita una indemnización total de por lo menos un millón de dólares.
Esta suma se pide por los daños emocionales que asegura Román Carrasco haber sufrido.
Hasta ahora, ni Bad Bunny ni sus representantes han emitido comentarios públicos sobre esta demanda.
