Emma Stone vivió un inesperado giro cuando subió en los premios Oscar para recibir su premio a Mejor Actriz por su papel en Poor Things y es que la actriz se enfrentó a un fallo de vestuario que manejó con gracia y sinceridad, dejando una impresión perdurable en la audiencia y los espectadores alrededor del mundo.
Emma destacó mientras subía al escenario y es que se encontró sosteniendo la parte trasera de su sofisticado vestido peplum de Louis Vuitton. La razón: una cremallera rota en un momento tan crucial.
«Mi vestido está roto», confesó Stone entre lágrimas, revelando la vulnerabilidad detrás de su imagen de estrella.
No obstante, la actriz utilizó su capacidad y siguió con su discurso en donde demostró su profesionalismo y autenticidad.
Este incidente no hizo más que añadir una capa de humanidad y relatabilidad a la celebrada actriz, cuya noche estaba destinada a ser especial no solo por el galardón recibido sino por cómo manejó con gracia un inesperado giro de eventos.
Esta entrada fue modificada por última vez en lunes, 11 de marzo, 2024
Esta web usa cookies.