Britney Spears reveló que en los VMAs de 2007, cuando sorprendió al mundo con una serpiente amarilla sobre sus hombros, tuvo mucho miedo. Y es que resulta que ese momento no fue tan divertido para la princesa del pop, sino todo lo contrario. En su reciente libro «The Woman in Me» («La mujer que soy»), Britney revela el terror que sintió al tener que compartir el escenario con el reptil, que se acercaba peligrosamente a su cara.
Britney Spears había lanzado su tercer álbum, «Britney», y quería demostrar que ya no era la niña inocente de «…Baby One More Time». Por eso, eligió el tema «I’m a Slave 4 U» para su actuación en los premios de MTV, una canción sensual y provocativa que hablaba de liberarse de las ataduras y entregarse al deseo. Para acompañar la coreografía, su equipo tuvo la idea de usar una serpiente como accesorio, algo que nunca se había visto antes en un show musical.
La presentación comenzó con Britney saliendo de una jaula con un tigre y otra bailarina, y luego se dirigió al escenario principal. Después de bailar con varios hombres, se acercó a otra chica que le pasó la serpiente, una pitón albina de más de dos metros de largo. Britney se la colocó sobre los hombros y siguió cantando y moviéndose con el animal, que se deslizaba por su cuerpo.
Pero lo que parecía una escena de pura confianza y seguridad, en realidad era una pesadilla para la cantante. En su libro, Britney confiesa que la serpiente empezó a acercar su cabeza a su rostro, moviendo su lengua y silbando. Britney sintió un miedo terrible y pensó que el reptil la iba a atacar en cualquier momento.
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“Se ha convertido en un momento icónico en la historia de los VMA, pero fue incluso más aterrador de lo que parecía. Todo lo que sabía era mirar hacia abajo, porque sentí que si miraba hacia arriba y encontraba su mirada, me mataría», escribe Britney en su libro.
La presentación de Britney con la serpiente fue un éxito mediático y se convirtió en uno de los momentos más recordados de su carrera. Sin embargo, también le trajo consecuencias negativas, como críticas por parte de grupos defensores de los animales y una demanda por parte del dueño del tigre, que alegó que no le habían pagado por el uso del felino.
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