A más de 15 años del caso Paulette, uno de los episodios más mediáticos y controvertidos de la historia reciente de México, Lizette Farah, madre de la menor, inició acciones legales contra Netflix y la productora Dinamo por la serie Historia de un crimen: La búsqueda, estrenada en 2020.
La demanda fue interpuesta por uso indebido de imagen, daño moral y daño patrimonial. De acuerdo con la defensa, la producción utilizó el nombre, la imagen y la historia personal de Lizette Farah sin autorización, lo que le habría generado consecuencias negativas en los ámbitos personal, familiar y profesional.
José Manzo, abogado de Farah, explicó que la serie reactivó una tragedia profundamente dolorosa y colocó nuevamente a su clienta bajo un intenso escrutinio público. Señaló que, a partir del estreno, Farah ha sido objeto de mensajes, correos y ataques en redes sociales, además de perder oportunidades de negocio y enfrentar afectaciones en su vida cotidiana.
El representante legal detalló que incluso personas jóvenes que no conocían a fondo el caso ahora la identifican con facilidad tras ver la serie, lo que ha derivado en hostigamiento, rechazo social y un constante temor por su seguridad. Añadió que su clienta ha vivido situaciones incómodas en espacios públicos, lo que ha incrementado su sensación de vulnerabilidad y miedo a posibles confrontaciones.
Otro de los puntos centrales de la demanda es la forma en que Lizette Farah fue retratada en la producción, donde fue interpretada por la actriz Verónica Bravo. Según la defensa, el personaje fue exagerado y dramatizado, con rasgos que rozan lo satírico, lo que habría reforzado una narrativa perjudicial para su imagen.
Manzo cuestionó que este tipo de producciones se realicen sin solicitar permisos previos, y subrayó que Lizette Farah no es una figura pública, por lo que su derecho a la privacidad debe prevalecer. Indicó que la ley contempla la posibilidad de reclamar hasta el 40 por ciento de las ganancias como reparación del daño, además de acciones por afectaciones morales y patrimoniales.
El abogado explicó que Farah tuvo conocimiento de la serie tiempo después de su estreno, durante la pandemia, y que intentó sin éxito que fuera retirada. Ante la falta de respuesta, decidió proceder legalmente tanto por la vía de propiedad intelectual como por la civil.
Finalmente, señaló que uno de los elementos más relevantes del caso es que en los créditos finales de la serie se muestran imágenes reales de Lizette Farah junto a la actriz que la interpreta, lo que, a su juicio, confirmaría el uso de su imagen sin consentimiento. También indicó que la producción recreó espacios íntimos y utilizó nombres de integrantes de la familia, aunque por ahora no se han emprendido acciones legales adicionales para evitar mayores afectaciones.
Te podría interesar: Wendy Guevara revela crisis hipertensiva tras cirugía estética
Sigue las noticias en Facebook
Esta entrada fue modificada por última vez en jueves, 25 de diciembre, 2025
Esta web usa cookies.