Por Pepe Sedano<Radar Peninsular
Aunque todo mundo sabe que el ritual de ver la televisión con la familia los fines de semana ya es cosa del pasado, aún hay (los menos) quienes a falta de opciones interesantes, todavía se asoman a ver lo que ofrece la televisión privada los domingos por las noches… y es muy respetable esa decisión, pues justo de eso quiero hablarles hoy ya que en los últimos días hubo finales y estrenos en las dos principales cadenas de TV del país.
Por un lado, estuvo la final de La Academia, por Azteca Uno. El domingo 7 de octubre, participantes de tres países llegaron al último concierto: mientras que Paola, oriunda de Guatemala, se llevó el primer lugar con el 42 por ciento de los votos y el chiapaneco Alexis obtuvo el segundo, con 29 por ciento, la hondureña Katheryn quedó en la tercera posición, con 28 por ciento, solo a un punto porcentual del segundo lugar. Pero esa no es la nota.
La nota la dieron justamente quienes quedaron en las posiciones 4ª y 5ª, ya que Dalia y Silvia, quienes ocuparon esos lugares respectivamente, para muchos televidentes e incluso para los mismos jurados, eran las que contaban con las mejores aptitudes para el canto. ¿Entonces qué?, ¿se premia voz y talento? o lo más importante es la simpatía de la gente, quienes con su voto decidieron los resultados.
Por el otro lado y casi simultáneamente por el excanal de las Estrellas, se vivió el arranque de una nueva edición de La Voz México, el reality que busca destacar talentos de nuevos cantantes. Aquí lo destacable fue la incorporación de figuras reconocidas como coaches, como es el caso de Carlos Rivera (quien vive hoy su gran momento) y la española Natalia Jiménez, vocalista de La Quinta Estación, quien de inmediato se ganó el corazón de todos por su simpatía y honestidad.
Aquí el pero es que Maluma, si bien es muy popular ahora, ya van no sé cuántas veces que repite como coach en estos programas; habría que darle espacio a otras figuras reconocidas como es el caso de la brasileña Anitta, ¿no?
La sorpresa de la noche de estreno fue la participación de Érika Alcocer Luna, quien fue la ganadora absoluta de La segunda generación de La Academia. Con su interpretación de “Never Enough”, pese al interés de Carlos Rivera, ganador del mismo programa, por integrarla a su equipo, ella prefirió irse con Maluma.
En cuanto a los niveles de audiencia, los primeros reportes indicaban que esos fines de semana el programa de canto de Televisa, superó por mucho a la competencia, ya que La Voz registró en promedio 3.7 millones de televidentes, mientras que la emisión de TV Azteca sólo tuvo 1.5. Hay preocupación en la televisora de los Salinas.
Otro estreno esperado fue el de Intrusos, programa de chismes y espectáculos de Televisa a la misma hora que Ventaneando. Sin embargo, aquí la historia fue diferente, ya que tras el debut de Atala Sarmiento en el programa liderado por Pepillo Origel, Ventaneando presumió que el día que la conductora llegó a la emisión, los de Azteca arrasaron en rating, y así lo avaló el reporte de IBOPE, la empresa que mide los niveles de audiencia en México, quien confirmó que Ventaneando alcanzó un puntaje de 4.8 de rating contra 1.3 de Intrusos. Cachetada con guante blanco.
HECHO EN ¿MÉXICO?
A propósito de polémica, la más reciente producción original mexicana de Netflix, “Made in México” al fin se estrenó y desde su inicio desató la controversia al considerar muchos que no refleja la realidad nacional. Desde que se anunció el estreno, hace unos meses, del primer reality show de Netflix, se dijo que “Made In México” retrataría a la élite mexicana, y con esa promesa, despertó la inquietud del público.
Sin embargo, desde su estreno, el pasado 28 de septiembre, los comentarios registrados en redes sociales como Facebook y Twitter por parte de quienes decidieron dar una oportunidad a esta producción apuntaban, en muchos casos, a considerar que no representaba a la sociedad mexicana. Bueno, ¿qué querían? ¿Un show de tipos sin oficio ni beneficio tipo “Acapulco Shore” o “Big Brother”? A mi gusto, este programa refleja una realidad que si bien es muy alejada de la gran mayoría de los mexicanos, también hay que entender que la élite (la verdadera, no la fake) es muy reducida y por ende, ellos tienen su muy particular forma de ser y de comportarse en un país en el que finalmente vivimos todos. A mí, sí me gustó, y por supuesto, no es porque yo pertenezca a esa élite (brincos diera, jeje).
Por último, les quería comentar de otro esperado estreno en estos días: se trata de la nueva temporada del exitoso MasterChef México, pero por razones de tiempo y el cierre de la presente edición, ya no alcanzaré a platicárselos, ahí será para la próxima.
