Chicago, EU.— El plan del presidente Donald Trump de enviar tropas de la Guardia Nacional y agentes de inmigración a Chicago ha puesto a muchos residentes latinos en alerta, lo que ha llevado a algunos a llevar sus pasaportes de Estados Unidos con ellos al tiempo que otros dudan si celebrar abiertamente el próximo Día de la Independencia de México.
Aunque el feriado es el 16 de septiembre, las celebraciones en Chicago se extienden por más de una semana y atraen a cientos de miles de personas. Las festividades comenzarán con un desfile el sábado por el barrio de Pilsen, de marcada influencia mexicana, y continuarán con caravanas de autos y animadas fiestas callejeras.
Pero este año, el período típicamente alegre coincide con las amenazas de Trump de sumar a Chicago a la lista de ciudades gobernadas por demócratas que ha priorizado para reforzar la aplicación de la ley federal. Su gobierno ha anunciado que intensificará la aplicación de la ley migratoria en Chicago, como ya hizo en Los Ángeles, y que desplegará tropas de la Guardia Nacional. Además de enviar tropas a Los Ángeles en junio, Trump las desplegó el mes pasado en Washington, D. C., como parte de su toma de control policial sin precedentes de la capital del país.
Aunque los detalles sobre la prometida operación en Chicago han sido escasos, la oposición en la ciudad ya es generalizada e incluye a comunidades suburbanas con sus propias bases de comunidades migrantes. Los gobernantes estatales y de la ciudad han dicho que planean demandar al ejecutivo de Trump.
Sentimientos encontrados sobre aplazamiento de celebraciones
Las amplias celebraciones del Día de la Independencia de México reflejan el tamaño y la vitalidad de la comunidad mexicoamericana de Chicago. Los mexicanos representan más de una quinta parte de la población total de la ciudad y alrededor del 74% de sus residentes latinos, según estimaciones del Censo de Estados Unidos de 2022.
Los organizadores de desfiles y festivales han estado divididos sobre si seguir adelante con las precauciones o posponerlo, con la esperanza de que muchos participantes se sientan más seguros al disfrutar de una verdadera celebración dentro de unos meses. En Pilsen, los organizadores afirmaron esta semana que se debe priorizar la seguridad de la comunidad. Sin embargo, un festival del Día de la Independencia de México en el centro de la ciudad, programado para el próximo fin de semana, fue pospuesto esta semana por los organizadores, quienes afirmaron que la decisión se tomó para proteger a la población.
“Pero también nos negamos a que nuestro festival sea un peón en este juego político”, dijo Germán González, uno de los organizadores de El Grito Chicago.
En Pilsen y La Villita, dos de los barrios más conocidos de la ciudad con restaurantes, negocios y lazos culturales con México, los residentes mostraron su decepción por el miedo y la ansiedad que la posible intervención federal estaba generando dentro de la comunidad en una época del año que suele caracterizarse por la alegría, la unión y la celebración de la cultura y el patrimonio mexicoamericano.
Atentos por presencia del ICE
El sábado por la mañana, algunos asistentes al desfile tomaron silbatos naranjas brillantes y volantes gratuitos de voluntarios que estaban afuera de la sucursal Lozano de la Biblioteca Pública de Chicago.
“¡Sopla el silbato contra ICE!” decían los volantes, alentando una táctica no violenta para alertar si los agentes aparecen en el evento.
“Trump 2.0 es definitivamente más directo y cruel que Trump 1.0”, afirmó Leo Pargo, de la organización comunista Revcom Corps.
Magdalena Alvarado, quien vivió en La Villita durante 30 años, tomó un silbato naranja.
“Mi corazón está latiendo un poco porque no sé qué esperar hoy”, dijo.
Alvarado vio algunos autos lowrider, a menudo decorados con banderas mexicanas, con imágenes de apoyo a la policía. Se preguntó si las habían añadido intencionalmente para generar buena voluntad entre las fuerzas del orden presentes.
“Tendemos a ser muy patrióticos y orgullosos de nuestra cultura, y este año siento que no somos tan libres para expresarlo”, dijo Alvarado.
Residentes planean celebrar con precaución
Para Galiela Méndez, la decisión de posponer El Grito Chicago fue tanto desgarradora como comprensible.
Y aunque la tercera ciudad más grande del país tiene sus problemas, incluida la persistente violencia armada en algunas zonas, Méndez apuntó que Trump y sus seguidores están difamando a Chicago para obtener beneficios políticos al tiempo que perturban los festejos para una gran parte de la población.
Para Méndez, de 25 años, la situación es como una “bofetada”. Según afirmó, la comunidad está en alerta porque se trata de gente que habla de una determinada forma de su hogar, pero nunca acuden a la zona para ver en primera persona qué sucede.
Vianney Alarcón, de 42 años, dijo que espera que la gente esté en el punto de mira de las autoridades con independencia de su estatus legal.
“Simplemente van a atrapar y hacer preguntas después”, dijo.
Pero en un acto de desafío, participará en las festividades para celebrar su herencia, pero llevando consigo su pasaporte.
“Todavía voy a celebrar mi herencia”, afirmó. “Y sé con certeza que muchas de las personas que conozco y las personas que comentan en Facebook también van a acudir. ¿Qué van a hacer? No estamos siendo disruptivos si estamos celebrando adecuadamente”.

Fabio Fernández coloca prendas de ropa para su residencia en la tienda Definitive Selection, uno de los muchos negocios en un vecindario de mayoría latina que ha visto un descenso en el número de personas que caminan por sus calles desde las amenazas de intervención de seguridad del presidente Donald Trump, el 5 de septiembre de 2025 en Chicago. (AP Foto/Mark Vancleave)
Sensación de incertidumbre
Fabio Fernández, de 39 años, propietario de 3W We Will Win, una empresa de arte y camisetas asentada en una tienda de ropa urbana en Pilsen, calificó de “preocupante” y “desalentador” que la posible intervención federal estuviera afectando las celebraciones del Día de la Independencia de México.
Para Fernández, la comunidad no debería temer ni sentir que no puede caminar por las mismas calles de siempre, y agregó que en el vecindario había una sensación de ansiedad e incertidumbre.
Esto afecta a los pequeños negocios: las ventas han bajado y hay menos tráfico peatonal para establecimientos como el suyo, añadió.
Señaló que apoyar a los negocios locales de propiedad latina es una de las mejores maneras de mostrar apoyo durante este tiempo.
“Regresen a la Calle 18. Apoyen a los pequeños negocios aquí. Todavía están trabajando arduamente para mantener sus negocios vivos”, dijo.
Alejandro Vences, de 30 años, se convirtió en ciudadano estadounidense este año, lo que le proporciona algo de consuelo, dijo mientras comía pozole verde en 5 Rabanitos, un restaurante mexicano local, el viernes por la tarde.
Aun así, dijo que la ansiedad es palpable.
“Para nosotros, nuestro Día de la Independencia siempre ha sido una celebración de nuestra cultura”, declaró. “Siempre ha sido una celebración de quiénes somos. Se siente como si no pudiéramos celebrar nuestra cultura de la misma manera”.
Con información de agencia AP
