Cali, Colombia.- Desde la nueva perspectiva debatida por México y Colombia para abordar la problemática de las drogas y el narcotráfico, la aspiración final es que al ser un tema ya no sólo de una o dos naciones, sino de graves impactos en la región, América Latina debe tener una voz única y una ruta que comprometa los esfuerzos de todos sus países.
Al instalar la plenaria de ministros y representantes de quienes han respondido a la iniciativa de los presidentes Gustavo Petro y Andrés Manuel López Obrador para discutir esta problemática en la Conferencia Latinoamericana y Caribeña sobre Drogas, que este sábado presentará sus conclusiones en esta ciudad a ambos mandatarios, los cancilleres Alicia Bárcena (México) y Álvaro Leyva (Colombia), coincidieron en la importancia de trabajar para la unificación e ir en bloque contra este fenómeno, que dejado diversos impactos en la región.
Ambos titulares de Relaciones Exteriores también llamaron la atención en la demanda y el consumo de estas sustancias ilegales —que generan millonarias ganancias globales para el crimen organizado trasnacional.
“Hay una regla económica fundamental: si no hay demanda, no hay oferta. Pero siempre el análisis es con relación a la responsabilidad de los productores y nadie ha llamado la atención a los consumidores, el día que desaparezca el consumo, que va a ser imposible, desaparecen los cultivos y la oferta de alucinógenos”, planteó el canciller anfitrión.
Su par mexicana refirió que si bien se deben abordar las causas, el área de salud, el desarrollo y el combate a la criminalidad, la región debe entablar acuerdos con los países de consumo. “Nuestros países tampoco son los responsables de que haya una sociedad que tenga estos problemas de consumo y de organización social”.
Los diálogos de la Conferencia con la presentación de emisarios de 15 naciones del continente, así como observadores de otros puntos del orbe, se realizan a puerta cerrada en el Centro de Eventos Valle del Pacífico, ubicado a unos kilómetros de esta ciudad, que ha sido marcada por el estigma de ser sede de uno de los principales cárteles de los 80 y 90 durante la crisis que asoló a Colombia en esos años.
El propio Leyva no dejó pasar la posibilidad para dejar claro que hoy su país ya no es sinónimo de cocaína, como lo fue en el pasado.
Bárcena destacó que otro punto en el que la región debe abocarse de manera decidida es detectar y resolver “las causas últimas que permiten justamente que el crimen organizado se aproveche y nutra, con lo que se expande, de hombres y mujeres que se ven forzados a dedicar sus vidas a producir cultivos o sustancias sicoactivas, y muchos de nuestros jóvenes además que no encuentran oportunidades se nos van de las manos y se introducen a actividades ilícitas”.
Por ello, llamó a América Latina y el Caribe a ser capaz de hablar con una sola voz al mundo.
“Aspiramos a una voz al final única de América Latina y el Caribe para presentarla. Esto es algo que afecta al mundo entero, y con visiones diferentes”, secundó el canciller colombiano.
En unas horas, los presidentes Petro y López llegarán a este centro de eventos para recibir las conclusiones de los debates durante la Conferencia en la que participaron además de los ministros y representantes de gobierno, especialistas convocados y productores del campo.
Se espera que ambos mandatarios ofrezcan un mensaje y posiciones en torno al tema de las discusiones, y posteriormente ofrecerán un mensaje a representantes de medios de comunicación.
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