Un juez de Reino Unido aprobó este miércoles la extradición a Estados Unidos del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, y envió la orden a la ministra del Interior británica, Priti Patel, quien tiene un plazo de dos meses para determinar si la ratifica.
“Un juez británico ha ordenado la extradición de Assange a Estados Unidos, donde hará frente a una condena de 175 años (de cárcel) por sus publicaciones”, dijo Wikileaks en su cuenta en Twitter, antes de agregar que Patel tendrá hasta el 18 de mayo para pronunciarse.
La decisión fue adoptada por el juez Paul Goldspring, según informó el diario británico Evening Standard. La vista se celebró en medio de una protesta en los alrededores del edificio, en la que participó el antiguo líder del Partido Laborista Jeremy Corbyn.
El Tribunal Supremo de Reino Unido desestimó en marzo la petición de Assange para recurrir su extradición a Estados Unidos, donde está acusado de espionaje y podría enfrentarse a una pena de hasta 175 años de prisión por la publicación de documentos oficiales clasificados.
El fundador de WikiLeaks estuvo refugiado en la Embajada ecuatoriana desde 2012 para evitar ser extraditado inicialmente a Suecia, donde tenía pendiente una investigación por presuntos delitos sexuales, finalmente desestimados. Sin embargo, fue detenido en abril de 2019 después de que las autoridades ecuatorianas le retiraran el asilo.
El caso no tiene precedentes en Estados Unidos bajo la normativa original, la Ley de Espionaje de 1917. Muchos académicos consideran que la ley, que nunca se ha utilizado para enjuiciar a un periodista hasta ahora, plantea problemas constitucionales preocupantes porque infringe los derechos de la Primera Enmienda a recibir y publicar información.
El fundador de Wikileaks, Julian Assange, está un paso más cerca de la extradición a Estados Unidos que lleva diez años intentando evitar, ya que la justicia británica emitió el miércoles la orden formal de entregarlo a Washington.
Rechazando en marzo «el permiso para apelar» solicitado por los abogados del australiano, coordinados a nivel internacional por el ex juez español Baltasar Garzón, la Corte Suprema británica dictó que el caso fuese trasladado a la ministra del Interior, Priti Patel, que tiene la última palabra en toda extradición.
Eso fue precisamente lo que hizo el miércoles el juez Paul Goldspring durante una vista de apenas siete minutos en el tribunal de Magistrados de Westminster.
La defensa de Assange tendrá ahora hasta el 18 de mayo para presentar alegaciones a Patel, con la esperanza de que se oponga a la entrega. Una vez anunciada su decisión, tendrán 14 días para intentar recurrirla. También podrían buscar una nueva apelación sobre otros aspectos jurídicos.
Vestido con chaqueta y corbata, el australiano apareció por videoconferencia desde la cárcel londinense de Belmash.
Allí está recluido desde su espectacular detención en abril de 2019 por la policía británica en la embajada de Ecuador en Londres, después de que el entonces presidente Lenín Moreno le retirase la protección que le había concedido su predecesor Rafael Correa.
Violando las condiciones de su libertad condicional en el Reino Unido, el fundador de WikiLeaks se refugió en la legación ecuatoriana en 2012 para evitar ser extraditado a Suecia por cargos de violación que después fueron abandonados.
Negando dichos cargos, ya entonces afirmó temer que todo fuese una estrategia para entregarlo a Estados Unidos.
Varias decenas de simpatizantes se manifestaron a las puertas del tribunal con pancartas que pedían “No extraditar a Assange”.
“Sin personas como Julian, nunca sabremos la verdad y nuestros gobiernos pueden pisotearnos mintiéndonos”, dijo a la AFP uno de ellos, Val, jubilada de 73 años que no quiso dar su apellido.
La justicia estadounidense quiere juzgarlo por difundir a partir de 2010 más de 700 mil documentos secretos sobre las actividades diplomáticas y militares estadounidenses, en particular en Irak y Afganistán.
Entre esos documentos figuraba un video que mostraba a civiles, incluidos dos periodistas de la agencia Reuters, muertos por disparos de un helicóptero de combate estadounidense en Irak en julio de 2007.
Acusado de espionaje, de ser declarado culpable Assange puede ser condenado a 175 años de cárcel, en un caso que las organizaciones de defensa de los derechos humanos denuncian como un peligroso ataque a la libertad de prensa.
El gobierno estadounidense afirma, por su parte, que el australiano no es periodista sino pirata informático y que puso en peligro la vida de numerosos informantes al publicar documentos sin editar.
Con información de agencias AFP y Europa Press
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