Biden quiere primer mandato y Trump reelección de presidencial de Estados Unidos.- En Estados Unidos se escucha desde hace semanas de uno y otro bando: el 3 de noviembre serán las “elecciones más importantes de nuestras vidas”. Los cuatro años de presidencia de Donald Trump y su carácter incendiario han dejado un país extremadamente polarizado, hasta el punto de que estos comicios son interpretados como un referendo sobre su mandato. Después de un largo ciclo electoral, que incluyó las primarias del Partido Demócrata de las que salió Joe Biden como candidato, y de una campaña muy atípica marcada por una pandemia que ha dejado hasta ahora más de 230.000 estadounidenses muertos, este martes acaba el proceso electoral en el que se decidirá quién será el ocupante de la Casa Blanca en los próximos cuatro años.
El candidato republicano Donald Trump, de 74 años, busca revalidar su mandato para quedarse cuatro años más en la Casa Blanca, no necesita muchas presentaciones. Es una estrella de reality shows, hijo de un promotor millonario neoyorquino, nadie lo tomó muy en serio cuando lanzó su candidatura atacando a los mexicanos en junio de 2015. Pero consiguió llegar al poder apelando a la insatisfacción de la clase trabajadora y con un discurso contra la inmigración y el globalismo. En el perfil El presidente en llamas, Amanda Mars hace un repaso de sus cuatro años de presidencia engañados de caos, negacionismo, corrupción y obsesión por los focos.
Al contrario que el presidente, que tuvo hace solo cinco años su exitoso lanzamiento a la política, el candidato demócrata, Joe Biden, de 77 años, lleva casi medio siglo en Washington. Su vida ha estado marcada por las tragedias personales que le han forjado un carácter empático y dialogante que sus seguidores defienden como uno de sus principales atributos. Amanda Mars perfila en Biden, el bombero de América al que fuera vicepresidente de Barack Obama, un moderado en un partido inmerso en un giro a la izquierda.
En 2016, más estadounidenses marcaron el nombre de Hillary Clinton en sus papeletas que el de Donald Trump. La demócrata tuvo casi tres millones de sufragios más, pero el republicano llegó a la Casa Blanca porque ganó el voto electoral. Eso se debe a que, en Estados Unidos, la elección es indirecta y para llegar a la presidencia de Estados Unidos, un candidato debe sumar al menos 270 votos electorales.
Cada Estado de Estados Unidos tiene un número de votos electorales (California, con 55, y Texas, con 38, son los que más peso tienen). Pero esos no son necesariamente los territorios a los que las campañas dedican más recursos y energía.
En la recta final de la carrera a la Casa Blanca, los candidatos se vuelcan en los llamados Estados péndulo o bisagra, los que no tienen asegurados ni demócratas ni republicanos y cualquiera puede ganar como en Florida, Arizona, Ohio, Carolina del Norte y Texas.
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Estados Unidos es el paraíso de las encuestas electorales. Hay informes tan detallados de las preferencias y tendencias de voto actuales e históricas que cada cuatro años surgen todo tipo de análisis sobre qué grupos de votantes pueden definir una elección. Este año quienes pueden inclinar la balanza hacia Donald Trump o Joe Biden son los hombres blancos sin estudios universitarios, las mujeres de los suburbios y los latinos y afroamericanos de los Estados clave, como explica en este artículo Jorge Galindo.
Esta entrada fue modificada por última vez en viernes, 12 de julio, 2024
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