En medio de una creciente actividad militar en el Caribe y un clima regional marcado por fricciones diplomáticas aviones bombarderos estratégicos B-52H de la Fuerza Aérea de Estados Unidos efectuaron esta semana prácticas de ataque consideradas inusuales por su proximidad a Venezuela.
La propia institución castrense fue la encargada de confirmar los ejercicios de bombardeo, que de acuerdo con el boletín, se desarrollaron en el marco de operaciones más amplias de seguridad hemisférica.
A través de un comunicado difundido en redes sociales, el Comando Sur de la Fuerza Aérea informó que “bombarderos de largo alcance B-52H del @TeamMinot (base aérea Minot) condujeron una demostración de ataque de bombardero en el Mar Caribe en apoyo de la Operación Lanza del Sur, trayendo seguridad y estabilidad hemisférica, el 24 de noviembre”. La publicación dio cuenta del despliegue, aunque sin precisar la zona exacta donde se realizaron los vuelos.
La institución añadió además que, “durante la misión, la Fuerza Aérea de Estados Unidos se integró con aviones de combate y entrenó en rápida movilidad”, una descripción que sugiere ejercicios de coordinación aérea de alto nivel.
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Los B-52H, según documentación oficial estadounidense, son aeronaves capaces de recorrer largas distancias, operar a más de 15.000 metros de altitud y ejecutar ataques considerados “estratégicos” con carga nuclear o convencional.
El interés público por los movimientos aéreos aumentó después de que la plataforma FlightRadar24 registró el lunes el paso de varios aparatos militares sobre el Caribe, en la franja situada entre la costa venezolana y la isla de Curazao, distantes apenas unos 65 kilómetros.
Las autoridades estadounidenses insistieron en que los vuelos forman parte de la Operación Lanza del Sur (Southern Spear), iniciada el 14 de noviembre con el fin declarado de combatir redes de narcotráfico en Latinoamérica.
El contexto regional, sin embargo, se ha visto alterado por la decisión de múltiples aerolíneas internacionales de suspender conexiones con Venezuela, luego de que la Administración Federal de Aviación de EE.UU. emitiera una alerta ante el aumento de actividades militares en el espacio aéreo cercano.
La presencia del portaaviones USS Gerald R. Ford en el Caribe, sumada a la reciente designación de la organización conocida como Cartel de los Soles como grupo terrorista —al que Washington vincula con el presidente venezolano Nicolás Maduro—, ha incrementado la tensión diplomática.
Paralelamente, fuerzas estadounidenses reportaron la destrucción de más de 20 embarcaciones presuntamente asociadas al narcotráfico y la muerte de más de 80 personas en operaciones marítimas.
Pese al endurecimiento militar, el presidente Donald Trump declaró este martes que “podría hablar” con Maduro para “salvar muchas vidas”, un mensaje que generó inmediata reacción en Caracas. Según afirmó este miércoles el fiscal general Tarek William Saab, una conversación de ese tipo sería “bienvenida” por las autoridades venezolanas.
Con Información de Agencias

