El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció el jueves su dimisión como líder del Partido Conservador, pero se mantendrá como jefe del gobierno hasta que se nombre a su sucesor.
Tres años después de llegar triunfante al poder, Johnson, de 58 años, se vio obligado a renunciar tras perder el apoyo de su partido a raíz de incesantes escándalos que le dejaron incapaz de gobernar.
Johnson accedió finalmente a renunciar después de que uno de sus aliados más cercanos, el jefe del Tesoro Nadhim Zahawi, pidiera al primer ministro que se marchara por el bien del país. En un primer momento no estaba claro si Johnson se quedaría en el cargo mientras el Partido Conservador elegía a un nuevo líder, que le sustituiría como primer ministro. Se esperaba un anuncio oficial más tarde el jueves.
“Primer ministro: esto no es sostenible y sólo irá a peor. Para usted, para el Partido Conservador y, lo más importante, para todo el país”, dijo Zahawi en su misiva a Johnson. “Debe hacer lo correcto y marcharse ahora”.
Zahawi intervino tras la renuncia de otros dos ministros de alto nivel de Johnson y tres funcionarios de menor rango, lo que elevó a más de 50 el número de personas que han dejado el gobierno esta semana.
Johnson rechazó el miércoles las peticiones de dimisión y afirmó que tenía un mandato de los votantes para mantenerse en el cargo. Pero para el jueves por la mañana, el hombre que se había labrado una reputación por salir bien librado de controversias políticas se vio obligado a admitir la realidad de su situación.
Bernard Jenkin, legislador destacado del Partido Conservador, dijo que se había reunido el miércoles con el mandatario y le había recomendado que renunciara.
“Simplemente le dije ‘Mire, ya es sólo una cuestión de cómo se va y cómo se va. Puede irse con algo de dignidad o puede ser expulsado como Donald Trump, aferrándose al poder y fingiendo que ha ganado las elecciones cuando ha perdido’”, dijo Jenkin a la BBC antes de que Johnson aceptara renunciar.
Johnson, de 58 años, se había mantenido en el puesto pese a las acusaciones de que era demasiado cercano a donantes del partido, de que protegió a aliados de acusaciones de acoso y corrupción y de que mintió al Parlamento y fue deshonesto con el público sobre las fiestas de oficina del gobierno que incumplieron las normas de confinamiento de la pandemia.
Pero las recientes revelaciones sobre que Johnson conocía las acusaciones de abuso sexual contra Chris Pincher, un legislador conservador, antes de ascenderle a un puesto de responsabilidad, habían llevado al límite al primer ministro.
Pincher renunció la semana pasada a su puesto directivo en el partido tras acusaciones de que manoseó a dos hombres en un club privado. Eso desencadenó una serie de reportes sobre acusaciones pasadas contra Pincher, y una sucesión de explicaciones cambiantes del gobierno sobre lo que sabía Johnson cuando le nombró para un puesto importante con responsabilidad sobre la disciplina interna del partido.
El secretario de Salud, Sajid Javid, y el secretario del Tesoro, Rishi Sunak, renunciaron el miércoles con minutos de diferencia por el escándalo. Los dos, miembros influyentes del gobierno, estaban encargados de abordar dos de los principales problemas que enfrenta Gran Bretaña: el Covid-19 y la crisis de coste de la vida.
Javid resumió la posición de muchos legisladores cuando dijo que las acciones de Johnson amenazaban con socavar la integridad del Partido Conservador y el gobierno británico.
“En algún momento tenemos que concluir que ya basta”, dijo a otros legisladores el miércoles. “Creo que ese momento es ahora”.
El secretario de Gales Simon Hart renunció el miércoles, mientras que el secretario de Irlanda del Norte, siguió su ejemplo el jueves y dijo al mandatario en su carta de renuncia que “hemos (…) pasado el punto de no retorno. No puedo sacrificar mi integridad personal para defender las cosas como están ahora”. Después llegó la dimisión de la secretaria de Educación, Michelle Donelan, nombrada el martes para sustituir a Zahawi.
Johnson había intentado desafiar los cálculos de gobierno parlamentario y la tradición de la política británica. Es inusual que un primer ministro se aferre al poder ante tanta presión de su propio gobierno.
El caso más similar sería el de Margaret Thatcher, la veterana primera ministra conservadora que en 1990 intentó mantenerse en el cargo, aunque su autoridad se había visto cuestionada por discrepancias sobre la relación entre Gran Bretaña y lo que ahora es la Unión Europea. Pero incluso ella decidió renunciar cuando varios ministros le dijeron que sería mejor para el partido si ella se hacía a un lado.
Johnson podría intentar mantenerse en el puesto hasta que el Partido Conservador elija un nuevo líder, un proceso que probablemente se realizará en verano. Pero algunos conservadores dijeron que debía abandonar de inmediato la sede de gobierno en el número 10 de Downing Street, para poner fin al caos que envuelve al gobierno.
George Freeman, que renunció el jueves como ministro de ciencia, tuiteó que “Boris Johnson tiene que entregar el cargo, disculparse a Su Majestad (la reina Isabel II) y recomendarle que pida un primer ministro provisional que asuma el puesto hoy para que los ministros puedan volver al trabajo y podamos elegir un nuevo líder conservador que intente reparar el daño y reconstruir la confianza”.
Tres años turbulentos de Boris Johnson
Tras su llegada triunfal al poder a mediados de 2019, Boris Johnson ha estado al frente del gobierno británico desde hace tres años. Desacreditado por los escándalos, el hombre que siempre se había negado a renunciar, es empujado hacia la puerta de salida por su propio Partido Conservador.
Julio de 2019: victoria aplastante
Tras la renuncia de Theresa May, el líder de los pro-Brexit Boris Johnson fue elegido al frente del Partido Conservador el 23 de julio de 2019 tras una aplastaste victoria frente al ministro de Relaciones Exteriores Jeremy Hunt.
Al día siguiente, es nombrado primer ministro por la reina Isabel II y promete una rápida salida de la Unión Europea.
Enero de 2020: héroe del Brexit
Ultrapopular, obtiene en diciembre de 2019 una mayoría histórica para los conservadores en la Cámara de los Comunes, tras haber convocado elecciones legislativas anticipadas.
Los diputados aprueban su acuerdo sobre el Brexit y el 31 de enero de 2020, tres años y medio después del referéndum, el Reino Unido sale de la Unión Europea.
Abril de 2020: pandemia y cuidados intensivos
El primer ministro anuncia el 27 de marzo que dio positivo del nuevo coronavirus luego de haber experimentado síntomas leves.
El 5 de abril Johnson es hospitalizado. Al día siguiente lo transfieren a cuidados intensivos, donde permanecerá tres días.
Abril de 2021: los primeros escándalos
El primer ministro es criticado desde el inicio de pandemia por su gestión de la crisis, acusado por ejemplo de haber tardado en reaccionar. En abril de 2021, desmiente supuestas declaraciones en las cuales se oponía a un tercer confinamiento.
Boris Johnson lucha con un caso de lobby que salpica a algunos miembros de su gobierno y una polémica por el tema del costoso financiamiento de la renovación de su residencia oficial.
Mayo de 2021: reforzado en las urnas
A pesar de todo, el partido del primer ministro gana terreno frente a los laboristas en las elecciones locales del 6 de mayo de 2021, conquistando el histórico bastión de Hartlepool en el noreste de Inglaterra.
Diciembre de 2021: el “partygate”
A principios de diciembre se acumulan las revelaciones sobre varias fiestas ilegales organizadas en Downing Street durante los confinamientos. Los británicos denuncian un doble rasero, ya que Johnson acababa de anunciar un endurecimiento de las restricciones anti Covid.
La lista de fiestas se amplía en las semanas siguientes y se abren investigaciones al respecto.
El 12 de abril, Boris Johnson anuncia que recibió una multa de la policía por haber infringido la ley -algo nunca visto para un primer ministro en ejercicio- por participar en una fiesta de cumpleaños sorpresa en junio de 2020 en Downing Street. Sus explicaciones varían, pero ante el Parlamento asegura no haber violado las reglas.
Mayo de 2022: derrota electoral
El escándalo hunde su popularidad y los británicos -que sufren por otra parte el aumento del costo de vida- se lo hacen saber en las urnas imponiéndole una derrota en las elecciones locales del 5 de mayo.
Junio de 2022: voto de censura
Boris Johnson sobrevive el 6 de junio a un voto de censura de los diputados de su Partido Conservador impulsado por un grupo de parlamentarios cansados por el “partygate”. Más del 40% de los diputados indican ya no tener confianza en el primer ministro, lo que refleja la amplitud del malestar.
Julio de 2022: escándalos sexuales
Al “partygate” se suma una serie bochornosa de escándalos sexuales entre los conservadores, por ejemplo, un diputado sospechado de violación detenido y luego liberado bajo fianza a mediados de mayo, y un exparlamentario condenado en mayo a 18 meses de prisión por agresión sexual contra un adolescente.
El 5 de julio, Boris Johnson pide disculpas y reconoce un “error” al haber nombrado en febrero en su gobierno a Chris Pincher, encargado de la disciplina parlamentaria de los diputados conservadores, cuando ya sabía de antemano de acusaciones de carácter sexual en su contra.
Julio de 2022: ola de renuncias
El mismo día, cansados de los escándalos, dos ministros de alto rango renuncian. Son seguidos en las horas siguientes por una avalancha de dimisiones dentro del gobierno.
El 7 de julio a las 10:00 (09:00 GMT) ya son unos 60 miembros del gobierno los que han renunciado. Downing Street anuncia que el primer ministro se dirigirá al país en la jornada, mientras que la BBC informa que Johnson va a renunciar como líder del Partido Conservador.
Con información de agencias AP y AFP
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