Londres, Inglaterra.— Mientras el rey Carlos III recibe tratamiento por el cáncer que padece, sigue siendo el monarca británico y jefe de Estado.
Su hijo mayor, el príncipe Guillermo, es el heredero al trono. La corona no pasa a las parejas de los monarcas, así que la reina Camila no está en la línea de sucesión.
El príncipe Enrique llegó a la residencia de su padre, el rey Carlos III, en Londres, informaron medios británicos el martes, un día después de que el palacio anunció que el monarca tiene cáncer.
El hijo menor del rey fue fotografiado llegando en caravana a Clarence House, cerca del Palacio de Buckingham, después de volar a Londres desde Los Ángeles.
Los dos tienen una relación problemática. Enrique dejó sus deberes reales en 2020 y se mudó a California con su esposa, Meghan. Los funcionarios reales anunciaron el lunes que al rey de 75 años se le ha diagnosticado una forma no revelada de cáncer y está recibiendo tratamiento.
Por su parte, el primer ministro británico, Rishi Sunak, dijo el martes que estaba “conmocionado y triste” por el diagnóstico de cáncer del rey Carlos III, pero expresó su alivio porque la enfermedad se hubiera detectado en una fase temprana.
El Palacio de Buckingham anunció el lunes por la noche que el rey ha comenzado un tratamiento como paciente externo para una forma de cáncer no revelada. Se detectó durante un tratamiento reciente por agrandamiento de la próstata, pero no está relacionado con ese problema, señaló el palacio.
“Afortunadamente, esto se ha detectado pronto”, dijo Sunak a la radio de BBC. El primer ministro dijo que seguiría comunicándose “con él con normalidad”.
“Estará en nuestros pensamientos y nuestras oraciones. Muchas familias en todo el país que nos escuchan habrán pasado por lo mismo y saben lo que supone para todos”, dijo Sunak. “De modo que simplemente le daremos ánimos y esperamos superar esto lo más rápido posible”.
Tras menos de 18 meses de reinado, el monarca de 75 años ha suspendido sus apariciones públicas, aunque seguirá ocupándose de los asuntos del estado como las reuniones semanales con el primer ministro y no delegará sus tareas constitucionales como jefe del Estado.
El palacio dijo que Carlos, que en general ha tenido buena salud, “continúa muy positivo sobre este tratamiento y está deseando retomar las labores públicas lo antes posible”.
Carlos se convirtió en rey en septiembre de 2022 cuando su madre, la reina Isabel II, murió a los 96 años tras 70 años en el trono.
Las noticias sobre el diagnóstico del rey se conocieron mientras su nuera, Catalina, la princesa de Gales, se recupera de una cirugía abdominal que requirió hospitalizarla durante unas dos semanas.
Catalina continúa alejada de las actividades oficiales mientras se recupera. Su esposo, el príncipe Guillermo, que es el heredero al trono, también se tomó unos días para ayudar a atenderles a ella y a los tres hijos de la pareja, aunque se espera que presida una ceremonia de investidura en el castillo de Windsor y una cena benéfica el miércoles.
Carlos asumió el trono con la intención de liderar una monarquía de menor escala, en la que menos miembros de la familia desempeñaran tareas oficiales. Pero con Carlos y Catalina temporalmente de baja, el príncipe Enrique autoexiliado en California y el príncipe Andrés prácticamente vetado de apariciones públicas debido a su amistad con el delincuente sexual Jeffrey Epstein, la “marca” real corre el riesgo de verse corta de personal.
Se espera que tanto Guillermo como la esposa de Carlos, la reina Camila, asuman actos públicos adicionales durante el tratamiento del rey. En este momento no hay planes de recurrir a los “consejeros de Estado” —miembros destacados de la familia, como la reina y el heredero al trono— para que sustituyan al monarca en labores constitucionales como firmar legislación y recibir a embajadores.
Líderes mundiales transmitieron sus buenos deseos al monarca, como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que tuiteó que “Jill y yo nos sumamos a la gente de Reino Unido al rezar para que Su Majestad tenga una recuperación rápida y completa”.
Carlos se alejó de la tradición monárquica al hacer públicos sus problemas de próstata. Durante siglos, la familia real británica ha mantenido en secreto los asuntos de salud.
Revelar información sobre su diagnóstico de cáncer, aunque sea de forma limitada, es otra ruptura con la tradición.
El Palacio de Buckingham dijo que el rey “ha decidido compartir su diagnóstico para evitar especulaciones y con la esperanza de que pueda contribuir a la comprensión pública de todos aquellos en todo el mundo afectados por el cáncer”.
Con información de agencia AP
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