Nueve países expresaron su rechazo a la decisión del Gabinete de Seguridad de Israel de lanzar una nueva operación militar a gran escala en la Franja de Gaza “para tomar su control”. En un comunicado conjunto, los ministros de Asuntos Exteriores de Australia, Austria, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Nueva Zelanda, Noruega y el Reino Unido advierten que esta acción podría agravar aún más la crisis humanitaria en la región, poner en riesgo a los rehenes y provocar desplazamientos masivos de civiles.
Los países firmantes alertan que los planes anunciados por el gobierno israelí podrían constituir una violación del derecho internacional humanitario. Asimismo, subrayan que cualquier intento de anexión o expansión de asentamientos contraviene el marco legal internacional vigente. Por ello, instaron a Israel a reconsiderar urgentemente sus decisiones militares en aras de la protección de la población civil.
El comunicado hace un llamado firme a las partes involucradas, así como a la comunidad internacional, a redoblar los esfuerzos para lograr un alto el fuego inmediato y permanente. Este cese de hostilidades permitiría facilitar el acceso de ayuda humanitaria urgente, ante una situación que ya se perfila como una posible hambruna a gran escala en Gaza. Además, exigen a Hamás la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes, así como su trato humanitario.
En cuanto al apoyo humanitario, los países firmantes instan a Israel a revisar su reciente sistema de registro de organizaciones internacionales, el cual dificulta el trabajo de actores clave en la asistencia a la población civil. La exclusión de estas organizaciones, advierten, sería una señal alarmante y contraria a los principios humanitarios fundamentales.
Los gobiernos firmantes reafirmaron su respaldo a una solución negociada basada en la coexistencia de dos Estados como única vía sostenible para alcanzar la paz y la seguridad entre israelíes y palestinos. En este contexto, consideran esencial la desmilitarización total de Hamás y su exclusión del gobierno en Gaza, proponiendo que la Autoridad Palestina asuma un rol central en la administración de la Franja.
