El secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, visitó ayer la frontera con México, donde declaró que el control total de esa región sureña es el objetivo del gobierno del presidente Donald Trump y de todas las agencias intergubernamentales que trabajan para hacer cumplir la seguridad fronteriza. Advirtió que para combatir los cárteles, todas las opciones están sobre la mesa, sin entrar en detalles.
Al referirse al anuncio por el que se hizo una pausa de un mes en la aplicación un arancel de 25 por ciento a los productos mexicanos, indicó: gracias a la gran capacidad de negociación del presidente Trump, ahora contamos con 10 mil soldados mexicanos que patrullarán al otro lado de la frontera. Por lo tanto, también habrá cooperación con México.
En su primer viaje como jefe del Pentágono, Hegseth inspeccionó las operaciones y se reunió con las tropas. Esta es una nueva era en la frontera sur, una época de determinación, de cooperación. Y en el Departamento de Defensa estamos orgullosos de formar parte de ella, sostuvo Hegseth en declaraciones transmitidas por televisión.
Vamos a controlar esta frontera, prometió.
Trump ordenó el envío de mil 500 militares adicionales a la frontera pocos días después de asumir el cargo, y su administración ha llevado a cabo redadas y detenciones de migrantes en varias ciudades.
Algunos migrantes han sido expulsados en aviones militares, encadenados y esposados, lo que, por ejemplo, provocó una crisis con Colombia, que pide que se les trate con dignidad.
La seguridad fronteriza es una prioridad para el presidente, que declaró una emergencia nacional en la línea divisoria de Estados Unidos con México en el primer día de su segundo mandato.
El personal despachado ha elevado el número de tropas en servicio activo en la zona a cerca de 4 mil.
También afirmó que se utilizarán todos los activos necesarios del Pentágono para apoyar la expulsión y detención de quienes están en el país ilegalmente, incluida la base estadunidense de Guantánamo, en Cuba.
Trump ordenó la semana pasada la preparación de un centro con capacidad para recibir a 30 mil personas para retener a los migrantes en la base militar, conocida principalmente como centro de detención de sospechosos de delitos de terrorismo.
Según el Comando Sur de Estados Unidos, 150 soldados adicionales han sido desplegados en la base durante el fin de semana para apoyar las “operaciones de retención de extranjeros ilegales”.
Por lo pronto, los soldados de la Guardia Nacional de Texas fueron autorizados a arrestar y detener a personas por ingresar sin documentos a Estados Unidos a través de su frontera sur, bajo un acuerdo con el gobierno federal que amplía el papel militar en la aplicación de la ley de inmigración.
La nueva autoridad representa un cambio para la Guardia Nacional y para el ejército en general, que se había limitado a un papel de apoyo para la Patrulla Fronteriza. El gobernador republicano, Greg Abbott, otorgó a los miembros de la Guardia Nacional de Texas el poder de arrestar a migrantes por cargos de invasión de propiedad privada en 2021, pero esa orden se limitaba a encuentros cerca de la frontera.
Con información de agencia AFP
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