El Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó al alza sus pronósticos de crecimiento para la economía mexicana, debido a que los resultados del primer trimestre de 2021 han sido “mejores a lo esperado” y a que se esperan “efectos favorables indirectos” de la expansión en Estados Unidos.
El organismo publicó que en 2021 la actividad económica en México podría crecer hasta 6.3 por ciento. El pronóstico ha venido de menos desde que un proceso de vacunación para la población general no había iniciado, e incluso se despega 1.3 puntos porcentuales de la estimación publicada apenas en abril por el mismo FMI.
Para 2022 la economía mexicana podría avanzar otro 4.2 por ciento, por arriba del 3 por ciento publicado por el organismo tres meses atrás en el Panorama Económico Mundial. Se reitera que México será impulsado por la actividad de Estados Unidos, cuyo producto interno bruto crecería 7 por ciento este año y 4.9 por ciento más el siguiente.
Las proyecciones del FMI para la economía mexicana superan las de cualquier otro organismo internacional, así como las del Banco de México, que mantiene un media de crecimiento de 6 por ciento para este año y de 3 por ciento para 2022; también son las que más se acercan al 6.5 por ciento que, según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, crecerá la economía en 2021.
Al presentar los estimados, Gita Gopinath, directora del Departamento de Investigación del FMI, recalcó que “la recuperación económica mundial continúa, pero con una brecha cada vez mayor entre las economías avanzadas y muchas de mercados emergentes y en desarrollo”. Esta tendencia refleja el avance de la variante delta de Covid-19 frente a la vacunación.
Y es que no hubo cambios en el pronóstico de crecimiento para 2021 respecto al presentado en abril. Sigue en 6 por ciento, pero sí se modificó su composición. Las perspectivas de crecimiento para las economías avanzadas este año mejoraron en 0.5 puntos porcentuales respecto a lo estimado hace tres meses, y la misma porción se restó a las economías de mercados emergentes y en desarrollo.
“Para 2022, proyectamos un crecimiento global del 4.9 por ciento, por encima de nuestro pronóstico anterior del 4.4 por ciento. Pero nuevamente, subyacente a esto hay una mejora considerable para las economías avanzadas y una más modesta para las economías de mercados emergentes y en desarrollo”, abundó Gopinath.
La brecha económica previa a la pandemia es el mismo vehículo con el que se está diseñando la desigualdad tras la Covid-19. Hasta los datos más recientes, recopilados por el FMI, cerca del 40 por ciento de la población en las economías avanzadas ha sido completamente vacunada, en comparación con el 11 por ciento en las de mercados emergentes y apenas uno por ciento en los países de ingresos bajos.
La economista alertó sobre el otro riesgo, la inflación; la cual ha sido impulsada por la demanda acumulada y los cuellos de botella de la cadena de suministro.
Se espera que en la mayoría de las economías avanzadas la inflación disminuya a rangos prepandémicos en 2022, debido a que las mayores alzas se ciñen a sectores afectados por la pandemia; a que las tasas generales de empleo se mantienen muy por debajo de los niveles prepandémicos y no ha habido un aumento general de salarios; y a que las expectativas de inflación a largo plazo siguen bien ancladas.
No obstante, en algunas economías de mercados emergentes y en desarrollo se espera que los precios de los alimentos y las depreciaciones en la moneda mantengan elevada la inflación durante 2022, lo que marca otra brecha con las economías de ingresos altos.
“Si bien un acceso más generalizado a las vacunas podría mejorar las perspectivas, los riesgos en general se inclinan a la baja. La aparición de variantes de virus altamente infecciosos podría descarrilar la recuperación y eliminar acumulativamente 4 billones 500 mil millones de dólares del PIB mundial para 2025”, advirtió Gopinath.
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