Internacional

Crónica de la ocupación de Palestina por el sionismo

A raíz de los acontecimientos recientes en Palestina y de la cantidad de noticias contradictorias por parte de los medios de comunicación y canales de redes sociales de este lado del mundo, Occidente; nos vemos en la tarea de explicar lo qué está ocurriendo ahora, para lo cual se hace menester revisar acontecimientos previos:

9 de noviembre de 1917. Durante el desarrollo de la primera guerra mundial el ministro de Relaciones Exteriores británico Arthur James Balfour compromete al Reino Unido, ante el barón Rothschild, líder de la Federación Sionista de Gran Bretaña e Irlanda, a la creación de un Estado judío en Palestina.

11 de noviembre de 1918. Finaliza la primera guerra mundial, Inglaterra y Francia se levantan como vencedores logrando derrotar a Alemania en Europa y al Imperio Turco Otomano en el Medio Oriente, gracias a la invaluable ayuda de los árabes, a quienes se les había prometido la independencia en un único Estado árabe.

18 de enero de 1919. Inicia la Conferencia de Paz de París, durante la cual ingleses y franceses hacen público un acuerdo secreto desde 1916, por el cual el Medio Oriente es fragmentado y repartido entre ellos, violando de esta manera la promesa realizada a los árabes de Unidad e Independencia para recibir su apoyo contra los turcos. Se dibujan nuevas fronteras y países: Siria y Líbano, bajo mandato colonial francés; y Palestina, Jordania e Irak bajo mandato colonial británico.

Junio de 1922 a mayo de 1948. Se establece el Mandato británico de Palestina por parte de la Sociedad de Naciones (predecesora de la ONU), era un documento en el que se recordaba al Reino Unido sus responsabilidades y obligaciones respecto a la administración de Palestina, incluyendo “asegurar el establecimiento de un hogar nacional judío”, y “salvaguardar los derechos civiles y religiosos de todos los habitantes de Palestina”. De facto el territorio estaba controlado por los británicos desde 1917, cuando expulsaron a los turcos otomanos. En este período se incrementó considerablemente la inmigración de ciudadanos europeos judíos askenazíes, de origen caucásico, convertidos al judaísmo en el s. VIII. Cabe anotar que desde la redacción de la Declaración Balfour siempre hubo agentes sionistas al frente de todas las actuaciones y decisiones que tomaban los ingleses en Palestina. De esta manera el sionismo cogobernó el territorio e influyó en las decisiones del Mandato a favor de la migración de nuevos ciudadanos europeos judíos y la contención de las protestas palestinas. Aprovecharon su influencia para crear agencias que favorecieron el establecimiento de los nuevos residentes europeos en Palestina en desmedro del bienestar, el desarrollo y la libertad de opinión y elección de la población nativa palestina.

1947 – 1949. La Nakba (Catástrofe) palestina. Durante este período las bandas paramilitares sionistas Lehi, Irgún y Haganá, a través del terror:

– Expulsaron al 75% de la población palestina de su territorio (850.000 personas).

– Destruyeron 530 aldeas y pueblos.

– Asesinaron a más de 15.000 palestinos sin discriminación de edad, género ni estado de salud.

– Cometieron más de 50 masacres, a través de las cuales llenaron de sangre y espanto la vida de los palestinos, quienes debieron huir con las manos vacías para salvar sus vidas y la de sus seres queridos.

En medio de este periodo, el 14 de mayo de 1948, se da creación al Estado de Israel en el 78% de territorio palestino. Las fuerzas de Egipto, Siria, Jordania, Iraq y Líbano mal armadas y comandadas por franceses y/o ingleses no logran evitarlo.

5-10 junio de 1967. Guerra de los 6 días. Durante este período el ente sionista captura el restante 22% del territorio, desde ese día controla el 100% del territorio palestino, su voracidad territorial es mayor a su deseo de vivir en paz. A partir de aquí se sepultó la solución de los dos Estados, solución muy recurrente en los discursos de los líderes mundiales hasta el día de hoy.

Ocupación de Palestina por el régimen sionista

Desde entonces el régimen sionista pretende mantener el control de todo el territorio, de sus fronteras, sus aduanas, su economía, de su desarrollo cultural, sus lugares santos y de sus recursos naturales. Y lo más preocupante: el control demográfico, impulsa la llegada de judíos de todas partes del mundo como colonos en asentamientos ilegales, con la misma prisa con la que destruye hogares, escuelas, hospitales, cultivos e infraestructura palestinos.

Para desarrollar lo anterior Israel cuenta con el apoyo irrestricto de Norteamérica, Europa Occidental y Australia, los países de estas regiones le brindan apoyo militar (en tecnología y financiación), apoyo político (vetan las resoluciones de la ONU en su contra, nunca lo han sancionado por sus crímenes, y tampoco reconocen al Estado Palestino, a pesar de que otros 139 países ya lo han hecho).

El estado de ocupación israelí siempre niega las resoluciones y la legalidad internacional. Israel se auto considera que está por encima de la ley internacional con el apoyo de Occidente.

Tal inmunidad le permite a Israel cometer masacres y asesinatos diarios por parte del ejército de ocupación y sus colonos terroristas, tal como lo que está haciendo su aviación, artillería y marina, lanzando miles de bombas sobre las casas, edificios, ambulancias, escuelas, lugares sagrados, plazas, asesinando a centenares, hiriendo a miles de civiles palestinos en la bloqueada franja de Gaza.

Israel construye un régimen de prácticas de apartheid a través de políticas, leyes y procesos institucionales que degradan las posibilidades del pueblo palestino de manera mucho más cruel que el régimen de apartheid de Sudáfrica.

El apartheid es el principal instrumento de la ocupación colonial para imponer condiciones para anexar Cisjordania y Jerusalén, y construir la gran Israel, del río al mar, según declaraciones de los dirigentes del gobierno de extrema derecha fascista israelí.

El pueblo palestino resiste a todos estos planes a través de la resistencia popular con todos los medios que tiene a su alcance, como lo establece la legalidad internacional para poblaciones bajo ocupación militar por parte de una potencia extranjera. Los palestinos tienen el derecho de defender su tierra, su población, su dignidad nacional y sus derechos legítimos en derrotar la ocupación, afirmar el derecho del retorno para los refugiados, la creación del Estado palestino independiente, y su capital Jerusalén.

Esta escalada de violencia es responsabilidad del Estado ocupante al permitir a sus colonos y soldados agredir, expulsar y destruir las casas y lugares sagrados de los palestinos y los centenares de asesinatos en Cisjordania, Jerusalén y Gaza.

Ya es hora de que se le permita a los comités internacionales de investigación y a la Corte Penal Internacional cumplir con su trabajo, tal como sucedió en la campaña internacional contra el apartheid de Sudáfrica.

Manifestamos nuestro apoyo a la lucha de nuestro pueblo por su libertad, retorno, autodeterminación e independencia.

Con información de la Unión Palestina de América Latina – UPAL

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