Hong Kong enfrenta una de las tragedias más graves de su historia reciente tras el incendio que arrasó un complejo de rascacielos y que ha dejado hasta el momento un saldo devastador de 128 muertos y que sigue aumentando con el paso de las horas.
Este jueves, equipos de rescate continuaron la búsqueda exhaustiva, recorriendo vivienda por vivienda en los siete edificios calcinados, donde fueron localizados decenas de cuerpos adicionales entre los restos ennegrecidos.
La cifra oficial de fallecidos de acuerdo con las autoridades, ascendió a 128, en lo que ya es considerado uno de los incendios más mortíferos registrados en la ciudad, y aún se desconoce el paradero de muchas personas que habitaban el complejo.
Durante las primeras revisiones, los bomberos detectaron fallos en los sistemas de seguridad del conjunto residencial, que albergaba principalmente a adultos mayores.
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Andy Yeung, director de los Servicios de Bomberos de Hong Kong, confirmó que “algunas alarmas contra incendios en el complejo […] no sonaron cuando se probaron”, aunque evitó precisar cuántos dispositivos fallaron o si otros continuaban operativos. Esa revelación ha intensificado las críticas sobre el mantenimiento del lugar y sobre las condiciones de seguridad previas al siniestro.
Las investigaciones preliminares apuntan a que la rápida propagación de las llamas entre las torres estuvo relacionada con materiales de construcción altamente inflamables.
Según los peritos, el fuego saltó de un edificio a otro a través de paneles de espuma y andamios de bambú cubiertos con redes, aparentemente colocados por una empresa contratada para la renovación del complejo.
En ese contexto, las autoridades detuvieron este mismo día a ocho personas —siete hombres y una mujer, entre 40 y 63 años— señaladas por su presunta implicación en las obras de remodelación.
De acuerdo con un comunicado de la Comisión Independiente Contra la Corrupción, entre los arrestados figuran subcontratistas de andamios, directivos de una consultora de ingeniería y responsables de los proyectos que supervisaban los trabajos.
La magnitud del incendio complicó gravemente las labores de rescate. Según explicó a los medios Derek Armstrong Chan, subdirector del Servicio de Bomberos, los equipos concentraron su búsqueda en los departamentos desde los cuales se recibieron llamadas de auxilio, pero que no pudieron ser alcanzados mientras el fuego avanzaba sin control.
El siniestro tardó cerca de un día en ser contenido y no quedó completamente extinguido hasta la mañana del viernes, aproximadamente 40 horas después de su inicio.
Incluso dos días más tarde, columnas de humo seguían elevándose desde las estructuras reducidas a esqueletos carbonizados, debido a pequeños focos que continuaban reavivándose entre los escombros.
El secretario de Seguridad, Chris Tang, informó que alrededor de 200 personas continúan desaparecidas, cifra que incluye 89 cuerpos aún sin identificar.
Las autoridades advirtieron que podrían hallarse más víctimas fatales, aunque los equipos han dado por concluida la fase de búsqueda de sobrevivientes dentro de los edificios siniestrados.
Con Información de Agencias
