El sorpresivo anuncio del retiro definitivo del líder chiíta Moqtada Sadr de la política en Irak, desató una ola de disturbios que dejaron un saldo de por lo menos 20 muertos y más de 350 personas resultaron heridas en Bagdad.
Disparos de obuses y armas automáticas, se escucharon en la zona y siete obuses de mortero cayeron en la zona verde -de alta seguridad- que alberga ministerios y embajadas, indicó una fuente a los medios internacionales.
En la zona centro de la capital Bagdag, que está bajo toque de queda al igual que el resto de Irak, también se oyeron disparos, aunque se desconoce el origen del fuego.
El país está inmerso en una crisis política desde los comicios legislativos de octubre de 2021.
Desde marzo de 2003, Estados Unidos mantiene 2 mil 500 efectivos en el país petrolero, con la justificación de que el gobierno que entonces encabezaba Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva.
La situación en Bagdag empeoró ayer, cuando cientos de partidarios de Sadr invadieron el Palacio de la República, sede del consejo de ministros.
Al decir de periodistas internacionales, los manifestantes ocuparon la oficina y hasta nadaron en la alberca, mientras las fuerzas de seguridad intentaban dispersar a otros inconformes con gas lacrimógeno en los accesos a la zona verde, donde se encuentra también la embajada de Estados Unidos.
El ejército declaró un toque de queda nacional y las fuerzas de seguridad acordonaron la capital.
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