Accidentada transición en Estados Unidos, el presidente Donald Trump anuncia que no asistirá a la ceremonia de cambio de poder a mandatario electo Joe Biden.
En su regreso a Twitter ayer por la tarde luego de estar bloqueado por 12 horas, el presidente Donald Trump había subido un video a la red social condenando el violento asalto al Capitolio por parte de sus simpatizantes, a quienes él mismo había pedido que protestaran contra la confirmación del Congreso de la victoria de Biden, y se había comprometido a llevar adelante una transición pacífica con la nueva administración, en medio de la presión de los demócratas para remover a Trump antes de que termine su mandato por representar un “peligro para la democracia”.
Sin embargo, la promesa del republicano parece haber durado poco. Este viernes, Trump anunció también por Twitter que no irá a la toma de posesión de Joe Biden prevista para el 20 de enero, rompiendo una tradición de la democracia en Estados Unidos.
“Para aquellos que me lo están preguntando, no voy a estar yendo a la Inauguración el 20 de enero”, escribió Trump en su cuenta personal.
Si bien esta es la confirmación oficial de los planes de Trump, se esperaba que el republicano, que recién ayer reconoció por primera vez que su mandato terminará en los próximos días, sin conceder explícitamente la derrota o felicitar a Biden, no participara del evento. Será apenas la cuarta vez en EU que un presidente saliente no participará de la toma de posesión del mandatario entrante, y la primera en 150 años, ya que todas las demás sucedieron en el siglo XIX.
Quien sí ha señalado -aunque no manera oficial- que irá a la toma de posesión es el vicepresidente Mike Pence. Varios asesores suyos han dejado trascender a la prensa estadounidense en los últimos días que irá a la ceremonia de inauguración de Joe Biden y Kamala Harris.
El evento, que debido a la pandemia tendrá un formato aún desconocido y una convocatoria mucho más reducida que la habitual, tiene además el desafío de realizarse luego del violento ataque en las inmediaciones del Capitolio, que es donde se realiza la toma de posesión, por lo que se espera un despliegue de seguridad reforzado.
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