Del 2016 a la fecha, la delincuencia ha aumentado en Brasil, a tal grado que ni siquiera respetan a los fieles dentro de las iglesias, un sacerdote fue ejecutado dentro de su templo en Río de Janeiro, de dos disparos asestados por dos desconocidos a bordo de una motocicleta
De acuerdo al reporte de la Policía Militar, Leandro Sousa de Jesús, de 32 años, estaba dentro de la iglesia reunido con sus fieles la noche de ayer, cuando de pronto llegaron dos personas en moto, con sus armas apuntando al cielo para después disparar a quemarropa sobre la humanidad de Sousa de Jesús.
El sacerdote murió al instante ante la mirada de los hermanos en la fé que estaban reunidos en su templo en Nova Iguaçu, una barriada de la Baixada Fluminense, una de las zonas más deprimidas y peligrosas de la región metropolitana de la capital carioca.
Al lugar de la tragedia, arribaron personal del batallón de la policía, pero nada pudieron hacer por salvar la vida del sacerdote ni siquiera lograron capturar a los asesinos. Del crimen de este religioso aún se desconocen las causas y se está investigado por la Comisaría de Homicidios de la Baixada Fluminense (DHBF).
Cabe destacar que el estado de Río de Janeiro afronta una grave crisis de seguridad que se desató tras la celebración de los Juegos Olímpicos de 2016 y que alcanzó su máximo pico en este año 2018.
Debido a los alarmantes casos de violencia y crímenes sin control en Brasil, el presidente, Michel Temer, decretó el pasado 16 de febrero una intervención federal en el área de seguridad de Río, que dejó en manos de las Fuerzas Armadas el control del orden público.
Pese a la presencia de las Fuerzas Armadas en Brasil, la delincuencia no da marcha atrás, ni si quiera se ha observado un descenso de sus operaciones, en tanto que los episodios de violencia se repiten a cualquier hora del día.
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