Ejecutan en Japón al homicida serial “el asesino de Twitter”
El gobierno de Japón confirmó este viernes la ejecución de Takahiro Shiraishi conocido como “el asesino de Twitter”, quien fue sentenciado a muerte por el asesinato de nueve personas en 2017. Se trata de la primera ejecución en el país desde 2022.
El ministro de Justicia, Keisuke Suzuki, anunció la decisión en rueda de prensa. “He ordenado la ejecución tras considerarlo de forma cuidadosa y deliberada”, declaró. La pena fue aplicada mediante ahorcamiento, el método que Japón sigue utilizando para la pena capital.
Shiraishi, de 34 años, fue hallado culpable del asesinato, desmembramiento y ocultamiento de los cuerpos de sus víctimas, cuyos restos fueron descubiertos en su apartamento en Zama, una ciudad ubicada en la prefectura de Kanagawa, al suroeste de Tokio. Su condena se dictó en 2020.
La investigación comenzó en octubre de 2017, cuando la policía lo detuvo durante un operativo de búsqueda de una joven desaparecida de 23 años. La mujer había publicado mensajes con tendencias suicidas en redes sociales, lo que condujo a las autoridades hasta el perfil de Shiraishi.
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El caso reveló que había contactado por medios digitales a varias personas, todas jóvenes de entre 15 y 26 años que habían expresado pensamientos similares, con la promesa de ayudarlas a morir.
Durante el juicio, el acusado se declaró culpable y no mostró señales de arrepentimiento. Su caso generó un fuerte debate en la opinión pública japonesa sobre el papel de las redes sociales en casos de vulnerabilidad emocional y sobre la pena de muerte.
El ajusticiamiento se produce en un momento en que la pena capital vuelve a estar en discusión en Japón. En diciembre de 2024, el anciano Iwao Hakamata fue exonerado tras pasar más de 40 años en el corredor de la muerte por un asesinato múltiple que ocurrió en 1966, lo que suscitó críticas al sistema judicial.
La ejecución anterior en Japón tuvo lugar en julio de 2022, cuando fue ejecutado Tomohiro Kato, responsable del ataque que dejó siete muertos en el barrio de Akihabara, en Tokio, en 2008.
Desde entonces, no se habían realizado nuevas ejecuciones, en parte debido a la polémica salida del exministro de Justicia Yasuhiro Hanashi por comentarios sobre el uso de la pena de muerte.
Con Información de Agencias
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