La mesa de la Asamblea Nacional francesa admitió este martes la tramitación de la moción presentada por La Francia Insumisa (LFI) para tratar de destituir al jefe de Estado, Emmanuel Macron, una “victoria” en palabras de la izquierda que, sin embargo, encara ahora un complejo proceso que hace prácticamente imposible que llegue a término.
La izquierda hizo valer su mayoría dentro de la mesa y, por doce votos a diez, el órgano que rige el funcionamiento de la Cámara Baja ha aceptado que la comisión de Leyes estudie la moción, que llega con el aval de 81 diputados y más de 300 mil firmas.
El Partido Socialista accedió a última hora a promover al menos el estudio de esta iniciativa, que en caso de salir adelante implicaría el cese del presidente de Francia. En caso de que la comisión diese luz verde, en el pleno de la Asamblea Nacional haría falta una mayoría de dos tercios que se antoja lejana y es más inalcanzable si cabe en el Senado.
Sin embargo, LFI, que se presentó de la mano con los socialistas dentro del Nuevo Frente Popular para las recientes elecciones legislativas, aplaudió en redes sociales este hito, recordando que el 21 de septiembre han vuelto a convocar manifestaciones contra Macron por el nombramiento del conservador Michel Barnier como primer ministro.
“Donde hay voluntad, hay camino”, proclamó el diputado y ex candidato presidencial Jean-Luc Mélenchon, mientras que la jefa del grupo de LFI en la Asamblea, Mathilde Panot, habló directamente de un “día histórico”, según Franceinfo. No en vano, en la V República no hay precedentes de que el pleno del Parlamento debate siquiera una moción de este calado.
El rechazo de Macron a designar a la economista Lucia Castets, propuesta por el Nuevo Frente Popular (NPF), es una “violación grave del deber de respetar la voluntad expresada por el sufragio universal”, reza la iniciativa aprobada.
El inicio del trámite parlamentario de la propuesta, presentada principalmente por el partido de izquierda radical La Francia Insumisa (LFI), consiguió el apoyo del resto de miembros del NFP en la mesa de la Asamblea Nacional, según varias fuentes.
“Es un evento inédito en la historia de la Quinta República”, celebró la líder parlamentaria de LFI, Mathilde Panot. Sin embargo, es complicado que se apruebe la destitución de Macron, ya que se necesita una mayoría de dos tercios.
La mesa, el órgano rector de la cámara baja, ya validó esta primera etapa por 12 votos contra 10, según el jefe del grupo Unión de Derechas Éric Ciotti, quien sea alió con la líder ultraderechista Marine Le Pen en las legislativas anticipadas en junio.
Estos comicios, convocados por el presidente de manera inesperada tres años antes de lo previsto, dejaron una Asamblea dividida en tres principales bloques –izquierda, la alianza centroderechista de Macron y extrema derecha–, todos ellos lejos de la mayoría absoluta de 289 diputados.
Aunque el NFP ganó los comicios con 193 diputados, Macron encargó formar gobierno al veterano político Michel Barnier, miembro del partido de derecha Los Republicanos (47 diputados), al considerar que tenía más posibilidades de superar una moción de censura.
La comisión de Leyes, donde la izquierda no es mayoritaria, debe debatir ahora la propuesta, antes de que llegue al pleno de la cámara baja.
El líder parlamentario del partido de Macron, Gabriel Attal, calificó la propuesta de “declaración de guerra contra las instituciones”, mientras que Le Pen la consideró una “cortina de humo” de la “extrema izquierda” para esconder sus supuestos compromisos con el oficialismo.
Con información de agencias AFP y Europa Press
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