Los erizos de mar están muriendo en el Caribe a un ritmo que según científicos podría compararse con la mortandad de 1983, alarmando a muchos que advierten que la tendencia podría diezmar aún más a los ya frágiles arrecifes de coral en la región.
Varios centros de buceo comenzaron a informar de las muertes de los erizos en febrero, situación que ha desconcertado a científicos y preocupado a funcionarios de gobierno que han recibido un número creciente de reportes similares provenientes de algunas islas, como Antigua, Santa Lucía, Dominica, Jamaica, San Vicente, Saba y las Islas Vírgenes estadounidenses, además de Cozumel, en México.
“Es muy preocupante, en particular porque está pasando muy rápido”, dijo Patricia Kramer, bióloga marina y directora del programa Evaluación Rápida de los Arrecifes del Atlántico y el Golfo, en el que colaboran científicos para mejorar las condiciones de los arrecifes en la región.
Al principio, la mortandad estaba asociada solamente a los erizos de mar negros —Diadema antillarum—, reconocibles por sus espinas largas y delgadas. Pero otras dos especies están afectadas desde entonces: el erizo de roca y el erizo de mar blanco.
Las muertes preocupan a Kramer y otros científicos, entre ellos Dana Wusinich-Mendez, jefa del equipo Atlántico-Caribe del programa de conservación de los arrecifes de coral de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA por sus siglas en inglés). “Perder a nuestros erizos de mar podría ser realmente devastador”.
Las muertes causan preocupación porque los erizos son herbívoros y eficientes podadores que eliminan las macroalgas de los arrecifes de coral y limpian el espacio para que los corales recién nacidos se adhieran ahí, dijeron ambos científicos.
“Son los héroes anónimos de los arrecifes porque hacen muchas cosas buenas”, dijo Kramer.
Si bien las macroalgas son una importante fuente de alimento y refugio para algunos peces, un exceso de ellas puede degradar los arrecifes de coral que ya sufren por altas temperaturas oceánicas y una enfermedad conocida como pérdida de tejido de coral duro.
La excesiva pesca en el Caribe ya ha causado una mayor abundancia de macroalgas, las cuales eran mantenidas a raya por los erizos que ahora están muriendo, dijo Shamal Connell, un funcionario del Servicio de Pesca de San Vicente y las Granadinas que supervisa la investigación.
“Es urgente que encontremos una solución”, afirmó.
El programa Evaluación Rápida de los Arrecifes del Atlántico y el Golfo ayudó recientemente a crear una red para investigar las muertes, analizar muestras de tejido y encontrar soluciones. Incluye al Instituto de Pesca del Golfo y el Caribe, con sede en Florida, y a casi dos docenas de grupos del Caribe y Estados Unidos.
Kramer subrayó que muy pocas poblaciones de erizos negros se recuperaron de la mortandad de 1983 que comenzó en el Océano Atlántico cerca del Canal de Panamá y se extendió hacia el norte y después hacia el este en los 13 meses siguientes.
Durante ese tiempo, la mortandad sólo afectó a los erizos negros, con una pérdida de 90% o más de la población, aunque a un ritmo mucho menor que el actual, precisó.
“Justo cuando estábamos llegando al punto en el que se estaban recuperando, se están muriendo”, manifestó Kramer.
La isla virgen estadounidense de Santo Tomás fue la primera en informar de la nueva ronda de muertes en febrero, aunque se desconoce si ahí comenzó el problema.
A mediados de marzo, la isla caribeña holandesa de Saba informó de muertes similares, y señaló que 50 por ciento de la población de erizos marinos en su puerto estaba muerta una semana después. Funcionarios de Saba dijeron que tenían unos 200 erizos marinos en un criadero y compilaban información sobre la nueva mortandad. Agregaron que atienden a algunos con antibióticos que podrían curarlos o prevenir que enfermen.
Por su parte, Monique Calderón, bióloga marina del gobierno de Santa Lucía, dijo que los científicos de la isla consideran emprender su propio estudio para tener más detalles sobre dónde están muriendo los erizos y por qué.
“Durante la anterior mortandad de la década de 1980, los muestreos efectuados carecieron de la solidez suficiente para determinar cuál era el problema exactamente y qué pudo haberlo causado”, dijo Calderón, y añadió que espera encontrar una explicación con ayuda de nueva tecnología.
Dijo que centros de buceo en Santa Lucia y otras islas caribeñas han avisado que el lecho oceánico está lleno de espinas de erizo o que hay erizos flotando en el mar, cuando normalmente están afianzados a un arrecife mediante estructuras hidráulicas conocidas como pies de tubo. Los buzos también han encontrado erizos moribundos con las espinas caídas o con sus esqueletos blancos asomando por el cuerpo.
La pérdida de los erizos de mar se registra en momentos que los corales padecen blanqueo derivado de las altas temperaturas oceánicas y la presencia de una enfermedad conocida como pérdida de tejido, la cual ha afectado a más de 30 especies de coral en dos docenas de países y territorios en el Caribe, según el programa Evaluación Rápida de los Arrecifes del Atlántico y el Golfo.
Los arrecifes de coral también protegen contra el oleaje y las marejadas ciclónicas causadas por los huracanes, cuya intensidad se ha incrementado con el calentamiento global, y son un importante atractivo para una región que depende considerablemente del turismo.
“Nos preocupa que se esté desarrollando una verdadera crisis en el Caribe”, dijo la Red de Respuesta Diadema en un informe reciente sobre la pérdida de los erizos.
Con información de agencia AP
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