Los occidentales “no tuvimos nada que ver” con la fallida rebelión del jefe del grupo Wagner en Rusia este fin de semana, afirmó este lunes el presidente estadounidense Joe Biden.
“Convoqué a nuestros aliados clave en una llamada de Zoom”, declaró Biden a periodistas.
“Coincidimos en que teníamos que asegurarnos de no dar a (el presidente ruso Vladimir) Putin ninguna excusa (…) para culpar de ello a Occidente y para culpar de ello a la OTAN”, afirmó.
“Dejamos claro que no estábamos involucrados. No tuvimos nada que ver, era un problema dentro del sistema ruso”, añadió.
“Para mantener nuestra coordinación hablaré con los jefes de Estado (…) me aseguraré de que estamos de acuerdo”, afirmó el presidente, para quien es “demasiado pronto” para sacar conclusiones sobre lo ocurrido.
Biden dijo estar en contacto con el presidente ucranio Volodimir Zelenski, para garantizarle el apoyo de su país.
El portavoz del departamento de Estado, Matthew Miller, declaró por su parte a periodistas que la embajadora estadounidense en Rusia, Lynne Tracy, dijo el sábado a las autoridades rusas que “Estados Unidos no está implicado y no lo estará”.
Durante 24 horas, las fuerzas de Yevgueni Prigozhin, el jefe del grupo paramilitar Wagner, se apoderaron de varias instalaciones militares de la ciudad estratégica de Rostov del Don, en el suroeste de Rusia, y recorrieron 600 km en dirección a Moscú.
En Rostov, sus combatientes fueron aclamados cuando abandonaron el cuartel general militar que habían tomado, desde el que se coordinan las operaciones en Ucrania.
La rebelión terminó tras un acuerdo en virtud del cual Prigozhin obtuvo garantías de inmunidad para él y sus hombres a cambio de poner fin a la sublevación. Según el Kremlin, deberá exiliarse en Bielorrusia.
En una comparecencia para hablar de inversión en infraestructuras Biden reiteró su apoyo a Ucrania frente a la agresión rusa, en pedir coordinación a los aliados y en desvincular a Occidente y la OTAN de lo ocurrido. “No hemos tenido nada que ver”, ha dicho.
Biden había esquivado los micrófonos y las grabadoras desde el viernes por la tarde de forma intencionada. Por una parte, no había mucha claridad sobre lo que estaba ocurriendo en Rusia. Por otra, consideraba que cualquier declaración suya podría ser malinterpretada como una especie de injerencia. El domingo fue el secretario de Estado, Antony Blinken, el que dio cuatro entrevistas a diferentes canales de televisión y señaló cómo la rebelión muestra las “grietas” en el régimen de Vladímir Putin. Por fin, este lunes, en la Casa Blanca, Biden se ha pronunciado.
“Cuando la situación comenzó a desarrollarse, ordené a mi equipo de seguridad nacional que siguiera de cerca y me informara, hora a hora. Les ordené que se prepararan para una serie de escenarios. También convoqué a nuestros principales aliados mediante una llamada por Zoom para asegurarme de que todos estábamos en la misma sintonía. Es fundamental que estemos coordinados en nuestra respuesta”, dijo en su declaración, de poco más de dos minutos.
“Estuvimos de acuerdo en que tenemos que asegurarnos de no dar a Putin ninguna excusa para culpar de esto a Occidente o la OTAN. Dejamos claro que no estábamos involucrados. No hemos tenido nada que ver con ello. Esto ha sido parte de una lucha dentro del sistema ruso”, añadió.
El presidente de Estados Unidos ha recordado que ha hablado con el de Ucrania, Volodimir Zelenski, con quien seguirá en contacto, y que le ha asegurado que “no importa lo que ha pasado en Rusia para que Estados Unidos continúe apoyando la defensa de Ucrania y su soberanía e integridad territorial”.
“Él [Zelenski] y yo hemos acordado hacer un seguimiento y mantenernos en contacto constante. También estoy en contacto permanente con nuestros aliados para mantener nuestra coordinación”, ha seguido. “Para mantener nuestra coordinación hablaré con los jefes de Estado justo después de esta reunión de hoy, y me aseguraré de que estamos en la misma página”, señaló Biden.
Con información de agencias AP y AFP
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