En su plan para eliminar símbolos o vestigios de exaltación de la dictadura fascista de Francisco Franco, el gobierno español, del socialista Pedro Sánchez, realizó la exhumación de los restos mortales de José Antonio Primo de Rivera, quien fue el ideólogo del partido de extrema derecha Falange Española y que murió fusilado por milicianos afines a la Segunda República en los primeros meses del estallido de la Guerra Civil (1936-1939).
Los restos mortales fueron extraídos del antiguo Valle de los Caídos, hoy Valle de Cuelgamuros, para ser trasladados al cementerio madrileño de San Isidro, donde se registraron enfrentamientos entre agentes policiales y dos centenares de militantes de la formación fascista que esperaban el féretro con el brazo en alto y gritando consignas extremistas.
La familia de Primo de Rivera decidió exhumar los restos mortales de su familiar a raíz de que desde el gobierno español se inició la depuración del que fue memorial de las huestes franquistas de sus “caídos”. Durante más de seis décadas, el Valle de los Caídos se convirtió en un templo para los simpatizantes de la ideología más ultra del fascismo español. Ahí, en este grandilocuente mausoleo edificado con el sudor y la sangre de miles de represaliados republicanos obligados a trabajos forzados durante la dictadura, también se encontraba el dictador Francisco Franco. De hecho, el primero en ser exhumado fue precisamente Franco, en un operativo que supuso su traslado en helicóptero hasta el cementerio de Mingorubio, en el monte del Pardo, donde actualmente se encuentra.
Los dos “huéspedes” más ilustres de ese memorial del fascismo español que fue el Valle de los Caídos eran precisamente Franco y Primo de Rivera, si bien éste último, fusilado por el bando republicano a los pocos meses del inicio de la Guerra Civil, no podía ser incluido como símbolo franquista en la Ley de Memoria Democrática, al considerársele también en la propia legislación como “víctima” de la contienda civil, a pesar de que él mismo, con sus discursos, escritos y diatribas se convirtió en uno de los ideólogos del fascismo español del siglo XX.
Pero la familia decidió de motu propio su exhumación, que además la hizo coincidir con el 120 aniversario del nacimiento de Primo de Rivera, de ahí a que un grupo de algo más de dos centenares de militantes del partido de extrema derecha Falange Española, que actualmente tiene escasísimos seguidores y votantes en la sociedad española, se manifestaron a las puertas del cementerio, donde además de gritar consignas del tipo “José Antonio Primo de Rivera”, con el brazo en alto, también decidieron en un momento dado cortar el cordón policial e intentar penetrar en el recinto del cementerio donde se estaba realizando la ceremonia de entierro por parte de la familia. Fue en ese momento en el que se registraron los enfrentamientos con los agentes antidisturbios que custodiaban el operativo. Con gritos de “arriba España”, “asesináis y luego profanáis” y “¡Viva José Antonio!, los manifestantes, que también cantaron el Cara al sol, fueron dispersados e identificados por la policía española, que no realizó ninguna detención.
Con información de La Jornada
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