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Hiroshima, 80 años del horror nuclear y Trump no entiende

Hiroshima, 80 años del horror nuclear y Trump no entiende
Hiroshima, 80 años del horror nuclear y Trump no entiende

Japón marcó este miércoles el octogésimo aniversario del lanzamiento de la bomba atómica en Hiroshima con un minuto de silencio y una ceremonia que congregó a representantes de más de un centenar de países, en un contexto marcado por llamamientos a abandonar las armas nucleares y las guerras en Ucrania y la franja de Gaza.

A las 8:15 se realizó el minuto de silencio en Hiroshima, la hora en que el avión estadounidense Enola Gay dejó caer la letal bomba Little Boy, el 6 de agosto de 1945, sobre la ciudad occidental japonesa, donde mató a unas 140 mil personas. Tres días después, un proyectil similar cayó sobre Nagasaki y dejó unos 74 mil fallecidos.

Estos dos ataques, que precipitaron el fin de la Segunda Guerra Mundial, son los únicos casos en la historia en los que se han utilizado armas nucleares en tiempo de guerra y hasta ahora Washington no ha sido juzgado ni sancionado por ambos bombardeos.

En la ceremonia participaron representantes de unos 120 países y regiones, incluyendo delegados taiwaneses y palestinos por primera vez.

Estados Unidos, que nunca se disculpó formalmente por los bombardeos, estuvo representado por su embajador ante Japón. No hubo enviados de Rusia y China, indicaron los organizadores.

Las calles, escuelas y hogares de esas urbes, “aún conservan las cicatrices, tanto visibles como espirituales, de aquel fatídico agosto de 1945, y en este contexto, me apresuro a reiterar las palabras tan utilizadas por mi amado predecesor, el papa Francisco, de que la guerra es siempre una derrota para la humanidad”, mensaje del Papa León XIV.

Las calles, escuelas y hogares de esas urbes, “aún conservan las cicatrices, tanto visibles como espirituales, de aquel fatídico agosto de 1945, y en este contexto, me apresuro a reiterar las palabras tan utilizadas por mi amado predecesor, el papa Francisco, de que la guerra es siempre una derrota para la humanidad”, mensaje del Papa León XIV.

No estuvieron presentes grandes potencias nucleares como Rusia, China y Pakistán.

Contrariamente a su costumbre, Japón indicó que no ha seleccionado a sus invitados para estas conmemoraciones, sino que ha notificado a todos los países y regiones la conmemoración del evento.

Así, Palestina y Taiwán, que Japón no reconoce oficialmente como países, anunciaron su presencia en este acto por primera vez.

En la imagen, Kim Gin-ho, de 79 años, de etnia coreana y nacido como superviviente de la bomba atómica, o “hibakusha”, tras la exposición a la radiación de su madre embarazada.

En la imagen, Kim Gin-ho, de 79 años, de etnia coreana y nacido como superviviente de la bomba atómica, o “hibakusha”, tras la exposición a la radiación de su madre embarazada.

La existencia de líderes [políticos] que quieren reforzar su poder militar para resolver los conflictos, incluso mediante la posesión de armas atómicas, dificulta el establecimiento de la paz mundial, declaró la semana pasada el alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, en referencia a las guerras en Ucrania y la franja de Gaza.

Imágenes de Hiroshima en 1945, tras el ataque nuclear y  la ciudad de Gaza, Palestina, arrasada por la irracionalidad del Presidente de Estados Unidos, Donal Trump, al armar a un Estado genocida como Israel y a su nefasto dirigente Benjamin Netanyahu.

Imágenes de Hiroshima en 1945, tras el ataque nuclear, y la ciudad de Gaza, Palestina, arrasada por la irracionalidad del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al armar a un Estado genocida como Israel y a su nefasto dirigente Benjamin Netanyahu.

Trump parece no comprender

Matsui instó el mes pasado a Donald Trump a visitar Hiroshima, después de que el presidente estadounidense comparó los recientes ataques aéreos contra Irán con los bombardeos atómicos de 1945.

Me parece que no comprende plenamente la realidad de los bombardeos atómicos, que, si se utilizan, cuestan la vida a muchos ciudadanos inocentes, ya sean amigos o enemigos, y amenazan la supervivencia de la humanidad, subrayó entonces el alcalde.

Hoy día, Hiroshima es una próspera metrópoli de 1.2 millones de habitantes, pero las ruinas de un edificio coronado por el esqueleto metálico de una cúpula se alzan en el centro de la ciudad, recordando el horror del ataque.

Es importante que muchas personas se reúnan en esta ciudad afectada por la bomba atómica, porque las guerras continúan en todo el mundo, insistió Toshiyuki Mimaki, copresidente de Nihon Hidankyo, grupo de sobrevivientes de la bomba ganador del Premio Nobel de la Paz en 2024.

Nihon Hidankyo insta a los países a actuar para eliminar las armas nucleares, al basarse en los testimonios de los supervivientes de Hiroshima y Nagasaki, conocidos como hibakusha (supervivientes de la bomba atómica).

Una visitante enciende varas de incienso en el Parque Conmemorativo de la Paz antes de la ceremonia del 80mo aniversario del bombardeo atómico de Estados Unidos contra Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial, el 6 de agosto de 2025, en Japón. (AP Foto/Louise Delmotte)

Una visitante enciende varas de incienso en el Parque Conmemorativo de la Paz antes de la ceremonia del 80mo aniversario del bombardeo atómico de Estados Unidos contra Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial, el 6 de agosto de 2025, en Japón. (AP Foto/Louise Delmotte)

Deseo que los representantes extranjeros visiten el Museo Memorial de la Paz y comprendan lo que ocurrió, explicó Mimaki.

Transmitir la memoria de los hibakusha y las lecciones aprendidas de la catástrofe es un reto cada vez mayor para esta organización, ya que la edad media de los supervivientes es ahora de 86 años.

Creo que la tendencia mundial hacia un mundo sin armas nucleares continuará. La generación joven está trabajando duro para lograrlo, aseguró a la Agencia France-Presse Kunihiko Sakuma, de 80 años, quien tenía nueve meses cuando se produjo el bombardeo y se encontraba a tres kilómetros.

Palomas sobrevuelan el cenotafio dedicado a las víctimas de la bomba atómica en el Parque de la Paz de Hiroshima, en los actos por el 80 aniversario del ataque, en Hiroshima, Japón, el 6 de agosto de 2025. (Kyodo News vía AP)

Palomas sobrevuelan el cenotafio dedicado a las víctimas de la bomba atómica en el Parque de la Paz de Hiroshima, en los actos por el 80 aniversario del ataque, en Hiroshima, Japón, el 6 de agosto de 2025. (Kyodo News vía AP)

Supervivientes de la bomba atómica alzan la voz

Ochenta años después de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, muchos de los sobrevivientes japoneses que aún quedan están cada vez más frustrados por las crecientes amenazas nucleares y la aceptación de las armas nucleares por parte de los líderes mundiales.

Los ataques de Estados Unidos a Hiroshima el 6 de agosto de 1945 y a Nagasaki tres días después, causaron la muerte a más de 200 mil personas para finales de ese año. Otros sobrevivieron, pero con enfermedades causadas por la radiación.

Aún viven alrededor de 100 mil sobrevivientes. Muchos ocultaron su experiencia para protegerse a sí mismos y a sus familias de la discriminación que sigue existiendo. Otros no pudieron hablar sobre lo sucedido debido al trauma sufrido.

Algunos sobrevivientes de avanzada edad han comenzado a hablar en los últimos años de sus vidas, con la esperanza de alentar a otros a luchar por el fin de las armas nucleares.

A pesar de sus numerosos problemas de salud, Kunihiko Iida, un sobreviviente de 83 años, ha dedicado sus años de jubilación a contar su historia como una forma de abogar por el desarme nuclear.

Es guía voluntario en el Parque Memorial de la Paz de Hiroshima. Quiere concienciar a los extranjeros porque siente que no comprenden bien lo que supusieron los bombardeos.

Visitantes guardan un minuto de silencio por las víctimas de la bomba atómica a las 8:15 de la mañana, la hora a la que explotó la bomba en la ciudad, en el Parque de la Paz de Hiroshima durante los actos por el 80 aniversario del ataque, en Hiroshima, Japón, el 6 de agosto de 2025. (Kyodo News vía AP)

Visitantes guardan un minuto de silencio por las víctimas de la bomba atómica a las 8:15 de la mañana, la hora a la que explotó la bomba en la ciudad, en el Parque de la Paz de Hiroshima durante los actos por el 80 aniversario del ataque, en Hiroshima, Japón, el 6 de agosto de 2025. (Kyodo News vía AP)

Los testimonios

Le tomó 60 años poder hablar sobre su calvario en público.

Cuando Estados Unidos arrojó una bomba de uranio sobre Hiroshima, Iida estaba a 900 metros del hipocentro, en una casa donde creció su madre.

Tenía tres años. Recuerda la intensidad de la explosión. Fue como si lo hubieran lanzado fuera de un edificio. Se encontró solo bajo los escombros, sangrando por los trozos de vidrio roto en todo su cuerpo.

Intentó gritar “¡Mamá, ayuda!”, pero no le salió la voz. Finalmente, su abuelo lo rescató.

En el plazo de un mes, su madre de 25 años y su hermana de cuatro años murieron tras desarrollar hemorragias nasales, problemas de piel y fatiga. Iida tuvo efectos similares de la radiación durante la escuela primaria, aunque poco a poco recuperó su salud.

Tenía casi 60 años cuando por fin visitó el parque de la paz en el hipocentro —la primera vez que iba allí desde el bombardeo— a pedido de su tía anciana para que la acompañara.

En la Plaza de San Pedro, el Sumo Pontífice, León XIV, evoca esos “trágicos acontecimientos” de hace ocho décadas, los injustificables bombardeos atómicos norteamericanos contra Hiroshima y Nagasaki “siguen siendo una advertencia universal contra la devastación causada por los conflictos y las armas nucleares”.

En la Plaza de San Pedro, el Sumo Pontífice, León XIV, evoca esos “trágicos acontecimientos” de hace ocho décadas, los injustificables bombardeos atómicos norteamericanos contra Hiroshima y Nagasaki “siguen siendo una advertencia universal contra la devastación causada por los conflictos y las armas nucleares”.

Cuando decidió comenzar a contar su historia, no fue fácil. Abrumado por la emoción, tardó algunos años en poder hablar en público.

En junio participó en encuentros con estudiantes en París, Londres y Varsovia en un programa de paz encargado por el gobierno. A pesar de su preocupación acerca de cómo serían percibidos sus llamados a la abolición nuclear en estados con armas nucleares como Reino Unido y Francia, recibió aplausos y apretones de manos.

Iida dice que intenta que los estudiantes imaginen las secuelas de un ataque nuclear, cómo destruiría a ambos bandos y causaría una contaminación altamente radiactiva.

“El único camino hacia la paz es la abolición de las armas nucleares. No hay otra manera”, manifestó Iida.

Fumiko Doi, de 86 años, no habría sobrevivido a la bomba en Nagasaki si el tren en el que iba hubiera llegado a tiempo. Estaba previsto que el convoy llegara a la estación de Urakami alrededor de las 11 de la mañana, justo cuando se arrojó el artefacto sobre una catedral cercana.

Debido a la demora, el tren estaba a cinco kilómetros de distancia. A través de las ventanas, Doi, que entonces tenía seis años, vio el destello. Se cubrió los ojos y se inclinó mientras llovían las esquirlas de las ventanas rotas. Los pasajeros cercanos la cubrieron para protegerla.

En el 80 aniversario del lanzamiento de la bomba atómica, el alcalde Kazumi Matsui exhortó a que cesen las guerras en Gaza y Ucrania. En la franja, ayer se superó la cifra de 61 mil asesinados, con un promedio diario de 28 niños. “Muerte por bombardeos, por hambre y falta de ayuda. Necesitan un alto el fuego ya”, urgió Unicef.

En el 80 aniversario del lanzamiento de la bomba atómica, el alcalde Kazumi Matsui exhortó a que cesen las guerras en Gaza y Ucrania. En la franja, ayer se superó la cifra de 61 mil asesinados, con un promedio diario de 28 niños. “Muerte por bombardeos, por hambre y falta de ayuda. Necesitan un alto el fuego ya”, urgió Unicef.

En la calle, la gente tenía el pelo quemado. Sus rostros eran negros como el carbón y llevaban la ropa hecha jirones, agregó.

Doi contó a sus hijos la experiencia por escrito, pero ocultó durante mucho tiempo su condición de sobreviviente por miedo a la discriminación.

Se casó con otro sobreviviente. Le preocupaba que sus cuatro hijos sufrieran los efectos de la radiación. Su madre y dos de sus tres hermanos murieron de cáncer, y dos hermanas han tenido problemas de salud.

Su padre, un funcionario local, fue reclutado para recopilar cuerpos y pronto padeció síntomas debido a la radiación. Más tarde se hizo maestro y describió lo que había visto, su tristeza y dolor en poesías, explicó Doi con lágrimas en los ojos.

Doi comenzó a hablar después de ver el desastre nuclear de Fukushima Daiichi en 2011, tras un fuerte terremoto y un tsunami que causaron contaminación radiactiva.

Desde su hogar en Fukuoka, se desplaza para participar en manifestaciones contra la guerra y se pronuncia en contra de las armas atómicas.

“Algunas personas han olvidado los bombardeos atómicos (…) Eso es triste”, declaró, señalando que algunos países aún tienen y desarrollan armas nucleares más poderosas que las utilizadas hace 80 años.

“Si una cae en Japón, quedaremos destruidos. Si se usan más en todo el mundo, será el fin de la Tierra”, apuntó. “Por eso aprovecho cada oportunidad para hablar”.

Después de la reunión del G7 celebrada en Hiroshima en 2023 y del Premio Nobel de la Paz concedido al grupo de sobrevivientes Nihon Hidankyo el año pasado, el número de visitantes en los museos de la paz de Hiroshima y Nagasaki se ha disparado, y alrededor de un tercio de ellos son extranjeros.

En un día reciente, la mayoría de quienes recorrían el parque de la paz de Hiroshima eran no japoneses. Samantha Anne, estadunidense, contó que quería que sus hijos entendieran el bombardeo.

“Es un recordatorio del nivel de devastación puede causar una única decisión”, apuntó.

Katsumi Takahashi, un voluntario de 74 años especializado en paseos guiados por la zona, da la bienvenida a los visitantes extranjeros, pero le preocupa que los jóvenes japoneses ignoren su propia historia.

De camino a casa, Iida se detuvo junto a un monumento dedicado a los niños fallecidos. Millones de coloridas grullas de papel, conocidas como un símbolo de la paz, colgaban cerca, enviadas desde todo el mundo.

Incluso un breve encuentro con un sobreviviente hizo que la tragedia fuera más real, dijo la francesa Melanie Gringoire tras la visita con Iida. “Es como compartir un pequeño pedazo de historia.”

Con información de agencias AFP y AP

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