China.- Imágenes apocalípticas ha dejado la peor tormenta de arena en Beijing en los últimos diez años.
Ante ello, la ciudad se tiñó de anaranjado con una densa neblina que obligó a paralizar múltiples actividades.
Si bien la pandemia ha mostrado un panorama fuera de lo común por el uso de cubrebocas y la economía paralizada, ahora se suma un ambiente apocalíptico con la tormenta.
Este panorama se complica aún más con los severos problemas de contaminación que sufre Beijing, al grado que tuvo que cancelar operaciones en el aeropuerto e invitar a los ciudadanos a quedarse en casa.
La tormenta también, ha causado severos daños a las vías respiratorias, sin embargo millones de personas desafiaron las restricciones en automóviles, bicicletas o a pie portando cubrebocas.
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Con 21.7 millones de habitantes y una calidad de aire que siempre está en niveles reprobables, esta tormenta de arena (la peor en una década de acuerdo a medios locales) disparó las alertas a «niveles peligrosos» para las vías respiratorias.
Cabe indicar que estos fenómenos están compuestos por partículas de arena procedentes de zonas áridas o desérticas que se quedan en la superficie.
De modo, que cuando aumenta la velocidad e intensidad del viento, estas partículas son impulsadas hacia arriba, pudiendo recorrer largas distancias en horizontal.
Referente a esta tormenta de arena, se informó que se originó en Mongolia, donde seis personas murieron y 81 están desaparecidas, según el medio estatal chino The Paper.
Como era de esperarse para el lunes el fenómeno, ya había llegado a Pekín.
El Índice Mundial de la Calidad del Aire mide la concentración de diferentes contaminantes en el aire, el más importante es el PM 2,5.
Este material articulado microscópico dañino tiene un diámetro inferior a 2,5 micrómetros y se considera particularmente peligroso,
Especialistas refieren que la arena puede alojarse profundamente en los pulmones y pasar a otros órganos y al torrente sanguíneo.
Es más, Beijing tuvo un nivel máximo de 655 microgramos por metro cúbico. La Organización Mundial de la Salud considera que cualquier cosa por encima de 25 no es segura.
Con información de: Mediotiempo
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