Libia firma acuerdo ‘alto al fuego’, tras años de guerra civil.- Las distintas facciones libias han firmado un acuerdo para un «alto al fuego permanente en todas las áreas de Libia», según ha anunciado la Misión de Naciones Unidas para Libia (UNSMIL).
El cese de hostilidades entre las fuerzas del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), gobierno reconocido por la comunidad internacional y con sede en Trípoli, y las del mariscal Khalifa Haftar, líder del autodenominado Ejército Nacional Libio (LNA) y asociado al gobierno en el este con sede en Tobruk, será un «histórico paso» hacia la resolución del conflicto en el país norteafricano, foco de inestabilidad en la región y en el Mediterráneo.
«Es un importante punto de inflexión hacia la paz y la estabilidad en Libia», ha catalogado Naciones Unidas en un post de Facebook en el que recoge en vídeo el momento de la firma del acuerdo este viernes en Ginebra. El alto al fuego permanente ha sido resultado de la cuarta ronda de las negociaciones de paz en Libia, con la mediación de la ONU, del 5+5 Comisión Militar Conjunta, en la que participan cinco oficiales militares de ambas partes en disputa.
Libia se hundió en el caos y la guerra civil, desde que en 2011 fuerzas rebeldes apoyadas militarmente por la comunidad internacional derrocaron al presidente Muamar al-Gadafi.
Casi diez años después de que la chispa de la primavera árabe incendiara Libia, llevándose por delante al dictador Muamar Al Gadafi, y seis años después del comienzo de la guerra civil entre facciones locales en 2014, el conflicto libio se ha convertido en escenario de nuevas guerras ‘proxy’ que ha enfangado potencias extranjeras como Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Francia e Italia, Turquía o Catar.
En el terreno, el conflicto enfrenta a las fuerzas del GNA, gobierno (interino) reconocido por la comunidad internacional con sede en Trípoli, pero que controla escasa parte del territorio libio y ha resistido el embate del LNA (Ejército Nacional Libio de Haftar) gracias al apoyo de milicias y a Turquía. Khalifa Haftar, antiguo «hombre fuerte» de Gadafi y nombrado «mariscal» del Parlamento en Tobruk (gobierno en el este del país), ha recibido apoyo de países como Emiratos Árabes Unidos y Egipto, pero también -aunque menos explícito- de Rusia. Países europeos como Francia e Italia han chocado también por intereses contrapuestos en el país.
Envuelta en el caos y con las fronteras muy porosas, Libia se ha convertido además en una de las principales rutas de tráfico de personas hacia el Mediterráneo.
Stephanie Williams, jefa en funciones de la misión libia tras la dimisión del último enviado especial de la ONU para el país norteafricano, ha declarado que el acuerdo es «un momento que pasará a la historia» y ha asegurado que «ayudará a garantizar un futuro más pacífico para los hijos e hijas de Libia».
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Según los primeros detalles que se conocen del acuerdo, mercenarios y combatientes extranjeros (enviados por las potencias regionales como Turquía o Rusia) tendrán que abandonar el país los próximos tres meses. Tras hacerse público el acuerdo, ha despegado de Trípoli (oeste) con destino Bengasi (este), el primer vuelo comercial entre ambas regiones en más de un año, cuando Haftar lanzó una ofensiva militar para intentar capturar Trípoli.
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