Milan Kundera, el célebre escritor checo que se exilió en Francia, murió ayer a los 94 años, según confirmó la Radio Praga.
Kundera fue uno de los autores más influyentes del siglo XX, con novelas como “La insoportable levedad del ser”, “La broma” y “El festín de la insignificancia”, que exploraron temas como la identidad, el amor, la historia y la libertad.
Kundera nació en 1929 en Brno, en el seno de una familia culta. Su padre era un reconocido pianista y profesor de música. Estudió literatura y cine en Praga, donde se inició como poeta y dramaturgo. Su primera novela, “La broma”, publicada en 1967, le valió el reconocimiento internacional y también la censura del régimen comunista, que le prohibió publicar en su país.
En 1975, Kundera se trasladó a Francia, donde obtuvo la ciudadanía en 1981. Allí continuó su carrera literaria, escribiendo en francés desde 1984. Su obra más famosa, “La insoportable levedad del ser”, fue llevada al cine por Philip Kaufman en 1988. Otras novelas suyas son “La vida está en otra parte”, “La inmortalidad”, “La ignorancia” y “La fiesta de la insignificancia”.
Kundera fue un escritor discreto y reservado, que evitó los medios de comunicación y las apariciones públicas. Su relación con su país natal fue compleja y ambivalente. En 2019, el presidente checo Milos Zeman le devolvió simbólicamente la nacionalidad checa, aunque Kundera nunca la había solicitado.
Kundera deja un legado literario de gran valor y originalidad, que ha sido traducido a más de 40 idiomas y ha recibido numerosos premios y reconocimientos. Su obra refleja su visión crítica y lúcida de la condición humana, con un estilo irónico, elegante y musical.
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