Más de 90 personas que iban a bordo de un bote hacinado se ahogaron en el mar Mediterráneo, informó Médicos sin Fronteras (MSF), en lo que representa la tragedia más reciente que involucra a migrantes que salen del norte de África en busca de una mejor vida en Europa.
MSF informó la noche del sábado que la embarcación zarpó de Libia la semana pasada, pero no está claro cuándo tuvo problemas el barco, comentó Juan Matías Gil, el líder de misión del grupo.
Un navío petrolero rescató el sábado por la mañana a cuatro migrantes en aguas internacionales. Los sobrevivientes reportaron que viajaban con 100 extranjeros.
La organización expuso que el petrolero no respondió a sus llamados de no regresar a las personas en movilidad a Libia, donde “es casi seguro que sean detenidos”.
El grupo pidió a Italia y Malta “asignar un lugar seguro para los sobrevivientes antes de que sea demasiado tarde”. También solicitó a la agencia de protección fronteriza de la Unión Europea Frontex y a otras agencias de la UE que revele los detalles del incidente. Libia ha emergido como el punto de tránsito dominante para quienes huyen de la guerra y la pobreza en África y Medio Oriente.
En los años recientes, los traficantes de personas se han beneficiado del caos de la referida nación, trayendo a los migrantes por las porosas fronteras que Libia tiene con seis países, embarcándolos en endebles balsas de goma y lanzarlos en arriesgados viajes por mar.
Sobre el tema, el Papa pidió dar asistencia y ayudar a los que “luchan entre las olas del mar” y son “golpeados contra las rocas de una costa desconocida”, en alusión a la labor humanitaria que hacen los barcos de rescate en el Mediterráneo.
“Ayúdanos a reconocer desde lejos las necesidades de cuantos luchan entre las olas del mar, golpeados contra las rocas de una costa desconocida”, dijo Francisco, en la segunda y última jornada de un viaje a Malta con una visita a la Gruta de San Pablo, en Rabat, donde la tradición sitúa la morada del discípulo de Jesús tras naufragar en su viaje a Roma en el año 60 después de Cristo. El Papa argentino fustigó las políticas de cierre de puertos que muchas veces lleva a cabo el gobierno de Malta.
El Papa pidió dar asistencia y ayudar a los que “luchan entre las olas del mar” y son “golpeados contra las rocas de una costa desconocida”, en alusión a la labor humanitaria que hacen los barcos de rescate de migrantes en el Mar Mediterráneo.
“Ayúdanos a reconocer desde lejos las necesidades de cuantos luchan entre las olas del mar, golpeados contra las rocas de una costa desconocida”, subrayó el Pontífice, que arrancó su segundo y último día en Malta con una visita a la Gruta de San Pablo, en Rabat, donde la tradición sitúa la morada del discípulo de Jesús tras naufragar en su viaje a Roma en el año 60 después de Cristo.
“Nadie conocía sus nombres, su lugar de nacimiento o su situación social, sólo sabían una cosa: que estas personas necesitaban ayuda”, señaló Francisco durante la plegaria en la cueva.
El Papa arremetió, además, contra las políticas de cierre de puertos que muchas veces lleva a cabo el gobierno de Malta al negarse a permitir que los barcos de rescate desembarquen con las personas rescatadas en sus puertos.
Por otro lado, en un mensaje espiritual, el Papa hizo hincapié en la difícil situación de los migrantes y refugiados en un contexto de tragedia. Este sábado se produjo otro naufragio de una patera frente a las costas de Libia que dejó más de 90 muertos, según los informes de Médicos Sin Fronteras (MSF).
“Padre bueno, concédenos la gracia de un buen corazón que palpite por amor a los hermanos”, fue la oración del Pontífice en la Gruta de San Pablo.
Francisco aprovechó su visita de dos días a la isla europea que sufre una gran presión migratoria debido a su posición geográfica para pedir a los países de la Unión Europea que dividan mejor la gestión y la acogida de los migrantes y refugiados. El Papa instó a darles el mismo recibimiento que los malteses brindaron a San Pablo.
Con información de agencias AP y Europa Press
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