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Estados Unidos no tiene amigos, sino intereses, aseguró John Foster Dulles, secretario de Estado de Dwight Eisenhower en los años 50. Una frase que hoy el rey de Arabia Saudita, Salman bin Abdelaziz, confirma al comprometerse a aumentar la producción de crudo a petición del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Esa locución se convirtió en una profecía autoconstruida no sólo por EU, sino por la actitud del resto del mundo en su relación con ellos.
De acuerdo a la agencia oficial saudita, SPA, ambos mandatarios mantuvieron una conversación telefónica en la que el monarca saudita manifestó el compromiso de los países productores a “hacer esfuerzos” para compensar “cualquier potencial déficit de suministro”.
Del mismo modo, Trump y el rey Salman también expresaron su apoyo a la manutención de la “estabilidad” de los mercados de petróleo y del “crecimiento de la economía global”, agregó la nota.
Trump afirmó en Twitter que le pidió al monarca saudí que aumente la producción de crudo hasta 2 millones de barriles para contener los precios de petróleo y compensar así “la agitación y disfunción en Irán y Venezuela”.
“Le pido que Arabia Saudita aumente su producción de petróleo, quizá hasta en 2.000.000, para compensarlo”, escribió en Twitter.
“¡Los precios son demasiado altos! ¡Él ha accedido!”, añadió Trump en referencia al rey saudita.
El valor del barril, que había caído a menos de 30 dólares en enero de 2016, se sitúa ahora en torno a los 75 dólares, un nivel que no se veía desde 2014.
La semana pasada, Trump instó a los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) a incrementar «sustancialmente» su producción de crudo para mantener los precios bajos.
La OPEP y sus aliados decidieron el pasado 22 de junio elevar su producción de crudo en un millón de barriles diarios (mbd), una cantidad que, a medio plazo, podría quedarse en unos 600 mil barriles, para contener unos precios que están en su nivel más alto desde 2014.
No está claro si el aumento al que, según Trump, ha accedido Arabia Saudí es adicional al acordado con la OPEP, aunque según informó esta semana la agencia Bloomberg, la petrolera estatal, Saudi Aramco, planea elevar a partir de julio su producción a unos 10.8 millones de barriles al día debido a las presiones de Estados Unidos.
El Gobierno estadounidense ha amenazado con sanciones a todas las empresas del mundo que a partir del próximo 5 de noviembre continúen haciendo negocios con Irán, lo que incluye la compra de petróleo.
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