El violador pensó que podría salirse con la suya y violar impunemente a su hija de doce años, pero una prueba de ácido desoxirribonucleico (ADN) practicada por las autoridades consiguió que se le aplicara una pena de cadena perpetúa.
La violación salió a la luz, cuando la madre de la menor llevó a su hija a un chequeo médico en el que se determinó que estaba embarazada. Juan Damasino Peña Yupanqui, de 41 años, y padre de la pequeña, abusó de la niña en abril de 2018 pero en ese momento negó su responsabilidad ante el delito y culpó a un tercero.
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Quizás por el miedo atroz que su propio consanguíneo le provocaba, la víctima nunca reveló los datos de su agresor, la fiscalía practicó a la niña una entrevista en una cámara Gesell, una habitación acondicionada con espejos falsos para permitir la observación con personas.
“La víctima se mostró esquiva, indicando que había sufrido un abuso por un sujeto desconocido cuando se dirigía del colegio a su casa, sin brindar mayores detalles de cómo se dio este hecho”, precisó la Fiscalía.
Sin embargo, en diciembre de 2018, cuando la niña dio a luz al producto de la violación, se llevó a cabo una prueba de ADN del recién nacido y los resultados confirmaron la paternidad de Peña. Fue el final para el estrupador, se le conminó a prisión preventiva en el penal de Pucchun de Camaná de donde no pudo evadirse.
Como pena complementaria, a la sentencia de cadena perpetua, el acusado deberá pagar 6.000 soles (1.600 dólares) a favor de la niña “por concepto de reparación civil” y proveer 150 soles (41 dólares) mensuales como pensión alimenticia para el bebé.
Con Información de RT.emespañol.com
