Un reporte del medio estadounidense The New York Times afirma, basado en evidencia de archivos, correos electrónicos y entrevistas, que funcionarios militares y de inteligencia israelíes conocían que Hamás planeaba un ataque semejante al que ocurrió el 7 de octubre.
Decidieron desestimar la información, basada en un documento de 40 páginas llamado “Muro de Jericó”, porque “determinaron que un ataque de esa escala y ambición estaba más allá de las capacidades de Hamás”. No se sabe si la noticia llegó a manos del primer ministro, Benjamin Netanyahu.
De acuerdo al reporte, el mando militar israelí estaba al tanto del plan de Hamás de atacar a Israel desde más de un año antes de la devastadora operación del 7 de octubre que mató a cientos de personas, publicó el diario The New York Times.
Fue la más reciente de una serie de señales de que el alto mando israelí pasó por alto o minimizó las advertencias de que Hamás planeaba el ataque, que detonó una guerra contra el grupo islámico que ha devastado la Franja de Gaza.
Según el Times, las autoridades israelíes poseían un plan de batalla de 40 páginas, cuyo nombre en clave era “Muro de Jericó”, que exponía en detalle un hipotético ataque de Hamás a poblaciones del sur de Israel.
No estaba claro cómo Israel obtuvo el documento, pero el artículo explicó que era una traducción, lo que indica que habría sido escrito en árabe e interceptado directamente a Hamás.
El mando israelí se negó a hacer declaraciones sobre el informe y dijo que estaba “enfocado actualmente en eliminar la amenaza de la organización terrorista Hamás”.
“Las preguntas de este tipo serán investigadas en una etapa posterior”, declaró.
El documento fue visto por muchos oficiales militares y de inteligencia, de acuerdo con el informe, aunque no estaba claro si el primer ministro Benjamin Netanyahu u otros altos funcionarios del gobierno israelí lo habían visto.
El documento pronosticaba que Hamás bombardearía Israel con cohetes, emplearía drones para inhabilitar el aparato de seguridad y vigilancia en el muro fronterizo y tomaría poblaciones del sur y bases militares.
Un memorando de la Defensa israelí de 2016 obtenido por el Times dice que Hamás tenía la intención de llevar rehenes a Gaza.
El informe del Times aparece en momentos de furia de la población contra el gobierno de Netanyahu por no prevenir un ataque aparentemente precedido por muchas señales de advertencia.
El ataque fue planeado a plena vista. Un mes antes, Hamás publicó un video en las redes sociales que mostraba a combatientes usando explosivos para atravesar una réplica de la puerta fronteriza, entrar en camionetas y luego avanzar edificio por edificio a través de una reconstrucción a gran escala de una ciudad israelí, disparando. armas automáticas contra objetivos de papel con siluetas humanas.
En el video, los militantes destruyeron maquetas de las torres de concreto del muro y una antena de comunicaciones, tal como lo hicieron en realidad el 7 de octubre.
Para mayor furia de la opinión pública ante la aparente negligencia del mando militar, la prensa israelí ha publicado que los oficiales desestimaron las advertencias de mujeres vigías de que estaban viendo preparativos de Hamás para atacar.
Las jóvenes informaron del avistamiento de drones de Hamás e intentos de destruir las cámaras de seguridad en la frontera en los meses anteriores al ataque.
Mujeres del ejército israelí reportaron inusitados movimientos de la guerrilla palestina sunnita de Hamas días antes de su icónico ataque del 7 de octubre, que fueron desechados por el supuesto “machismo” militar.
Todavía no se sabe a ciencia cierta qué ocurrió el 7 de octubre cuando el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu se enteró ocho horas después del ataque denominado “Tormenta Al-Quds” por varios grupos palestinos, donde sobresalió Hamas.
Benjamin Netanyahu increpó a sus legendarios servicios de espionaje de no haberlo alertado, para luego retractarse cual su solipsista (*) estilo carente de humilde autocrítica.
*(El solipsismo es una creencia metafísica que postula que de lo único de lo que uno puede estar seguro es de la existencia de su propia mente, y la realidad que aparentemente le rodea es incognoscible, y puede, por un lado, no ser más que parte de los estados mentales del propio yo).
No pocos analistas avezados señalan como una falsa bandera del acorralado Netanyahu lo ocurrido el 7 de octubre para evadir la justicia israelí y perdurar en el poder. Y –quizá lo más transcendente, desde el punto de vista de la estrategia militar del engaño–, desencadenar así su guerra en Gaza contra Hamas como catalizador para que Estados Unidos destruyese a Irán, con el fin de detener la impresionante expansión de los BRICS en Asia Central y el Medio Oriente.
El infanticidio y la esperada catástrofe humanitaria en Gaza no serían obstáculo para que Biden cayera en la supuesta trampa de Netanyahu de destruir a Irán y a su aliada Hezbolá, la guerrilla chiíta libanesa, mediante la presencia disuasiva de dos portaviones de EU: el USS Gerald R. Ford, frente a las costas de Israel, y el USS Dwight D. Eisenhower que acaba de ingresar al Golfo Pérsico, frente a Irán.
Más allá del ampliamente conocido financiamiento de Netanyahu a Hamas –con el fin de debilitar a la Autoridad Nacional Palestina (la vieja OLP) en Cisjordania y posponer la creación de un estado palestino–, no se puede soslayar el verdadero detonador, 15 días antes del icónico 7 de octubre, cuando Netanyahu exhibió ante la Asamblea General de la ONU un mapa donde eliminó lo que queda de la Palestina cercenada, y amenazó lanzar sus clandestinas bombas nucleares contra Irán, de lo cual se retractó después para no variar.
Con información del diario The New York Times
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