Los recientes acontecimientos en Israel y la Franja de Gaza, que han llenado de titulares a los medios del mundo, expanden poco a sus efectos alrededor de Europa, la cual se ve ahora inmersa en un temor creciente al terror islámico.
Tras el inhumano ataque de milicianos terroristas a poblaciones de civiles en el sur de Israel, donde murieron cerca de mil 400 personas entre hombres, ancianos, mujeres y niños; la escalada de violencia ha ido creciendo apresuradamente.
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Inicialmente, las manifestaciones en pro de Palestina, y en consecuencia de sus milicianos terroristas, efectuadas por ciudadanos árabes, se realizaron únicamente en países del medio oriente y de filiación musulmana.
Sin embargo, casi de inmediato miles de ciudadanos que han inmigrado a las distintas ciudades de Europa se han desplegado en las calles para mostrar su repudio a Israel y su fervor por el Islam y la causa palestina.
En ciudades como Londres, Madrid, Paris, Italia, Turquía y varias mas del continente europeo, cientos e incluso miles de personas han salido a manifestarse incluso de manera violenta en las calles.
Ante ello, los gobiernos de estos países, que debido a sus leyes progresistas permitieron una invasión invisible de musulmanes en sus ciudades, ahora han tenido que imponer severas leyes prohibiendo el apoyo público a causas terroristas.
Pese a ello, ciudades como Bruselas ya han experimentado de primera mano la embestida del terror, el pasado martes un sujeto que se identificó como musulmán disparó «en nombre de Alá» un fusil de asalto contra ciudadanos, matando a dos e hiriendo a varios mas.
Motivo por el cual ahora cada evento masivo en estas ciudades, principalmente los deportivos, se llevan a cabo bajo una impresionante seguridad como no se habia visto jamás, que incluye francotiradores y comandos fuertemente armados en las instalaciones.
Esto, consideran espcialistas, es apenas el comienzo de un «engendro» que Europa incubó al permitir el acceso de millones de musulmanes al continente, muchos de ellos ahora identificados como «células durmientes» de grupos terroristas.