La tormenta invernal que agobió a gran parte de Estados Unidos seguirá causando estragos en los próximos días, mientras las fuertes nevadas impedían el paso a los vehículos de emergencia y miles de viajeros se quedaban varados debido a cancelaciones de vuelos o vías intransitables.
La descomunal tormenta ha matado por lo menos a 48 personas en todo el país, 27 de ellas en el oeste de Nueva York. Miles de personas se vieron atrapadas en sus casas, y decenas de miles de viviendas y negocios están sin electricidad.
La tormenta se extendió desde los Grandes Lagos cerca de Canadá hasta el Valle de Río Grande en la frontera con México. Un 60 % de la población estadounidense estaba bajo algún tipo de aviso climatológico, y las temperaturas descendieron a muy por debajo de lo normal desde las Montañas Rocosas hasta los Apalaches.
El Servicio Meteorológico Nacional indicó el domingo que el aire gélido “que envuelve a gran parte del este de Estados Unidos será entre intenso y moderado”.
Esas son malas noticias, particularmente para Buffalo, donde los vientos y las nevadas fueron tan fuertes que paralizaron los servicios de rescate.
La gobernadora del estado de Nueva York, Kathy Hochul, señaló que casi todos los camiones de bomberos en esa ciudad estaban varados e imploró a la población acatar una prohibición de manejar. Las autoridades anunciaron que el aeropuerto local permanecerá cerrado por lo menos hasta el martes por la mañana. El servicio meteorológico indicó que la nieve en el Aeropuerto Internacional Buffalo-Niagara alcanzó 1.1 metros a las 7 a.m. del domingo.
Una gran cantidad de vehículos estaban prácticamente sepultados bajo nieve y miles de viviendas estaban sin electricidad, teniendo afuera adornos navideños apagados.
A medida que seguía cayendo la nieve y no había posibilidad de despejarla, los meteorólogos advirtieron que habría entre 30 y 60 centímetros más de acumulación y que los vientos alcanzarían los 64 kilómetros por hora. La policía informó que hubo dos “incidentes aislados” de saqueos durante la tormenta.
Dos personas murieron en sus viviendas en Cheektowaga en el estado de Nueva York el viernes debido a que los equipos de rescate no pudieron llegar hasta ellas para atender sus condiciones médicas. El administrador del condado Erie, Mark Poloncarz, dijo que otras 10 personas fallecieron allí durante la tormenta, incluyendo seis en Buffalo, y advirtió que esa cifra podría aumentar.
Suman ya millones de personas en Estados Unidos las que se refugiaban del frío gélido causado por una tormenta invernal que ha provocado la muerte de por lo menos 48 personas en diversas partes del país y que se prevé que cobre más vidas tras haber dejado a algunos habitantes encerrados en sus casas rodeados de nieve y cortando la electricidad a decenas de miles de viviendas y negocios.
La magnitud de la tormenta casi no tiene precedente: abarca desde los Grandes Lagos cerca de Canadá hasta la frontera con México. Aproximadamente un 60 por ciento de la población nacional estaba bajo algún tipo de advertencia climatológica y las temperaturas estaban muy por debajo de lo normal desde las Montañas Rocosas hasta los Apalaches, indicó el Servicio Meteorológico Nacional.
Unos mil 346 vuelos nacionales e internacionales fueron cancelados, según el website FlightAware.
Los expertos señalaron que se había producido una ciclogénesis explosiva, en la que la presión atmosférica cae muy rápido en una tormenta fuerte, cerca de los Grandes Lagos, donde provocó ventiscas con nieve y vendavales.
La tormenta desató toda su furia en Buffalo, donde vientos con fuerza de huracán y una intensa nevada paralizaron los servicios de emergencia. La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, dijo que casi todos los camiones de bomberos de la ciudad estaban varados por la nieve, y las autoridades indicaron que el aeropuerto permanecería cerrado el lunes.
El Servicio Meteorológico Nacional dijo que la nieve acumulada en el Aeropuerto Buffalo-Niagara ascendió a 109 centímetros (43 pulgadas) a las 7 a.m. del domingo.
Dos personas murieron en sus viviendas en Cheektowaga, en el estado de Nueva York, debido a que personal médico no logró llegar a tiempo para tratar sus condiciones de salud, y otra persona falleció en Buffalo. Se confirmaron otras cuatro muertes durante la noche, con lo que total en el condado Erie llega a siete. El administrador del condado Mark Poloncarz advirtió que la cifra de víctimas podría aumentar.
“Algunas personas fueron halladas en sus vehículos, algunas fueron halladas en bancos de nieve en la calle”, expresó Poloncarz. “Sabemos que hay personas que llevan más de dos días varadas en sus vehículos”.
Las fuertes nevadas, el frío y los cortes de energía del día anterior hicieron que algunos residentes de Buffalo decidieran el sábado salir de sus hogares rumbo a cualquier lugar que tuviera calefacción. Pero con las calles de la ciudad cubiertas por una gruesa capa blanca, eso no era una opción para gente como Jeremy Manahan, que cargaba la batería de su celular en su auto estacionado tras casi 29 horas sin electricidad.
“Hay un albergue para calentarse, pero está demasiado lejos para que pueda llegar. Obviamente no puedo manejar, porque estoy atrapado”, dijo Manahan. “Y uno no puede estar fuera más de 10 minutos sin sufrir síntomas de congelación”.
Ditjak Ilunga, de Gaithersburg, Maryland, viajaba con sus hijas para visitar a familiares por Navidad en Hamilton, Ontario, cuando su camioneta quedó atrapada en Buffalo. Como no podían conseguir ayuda, pasaron horas con el motor en marcha en el vehículo azotado por el viento y casi sepultado por la nieve.
A las 4 de la mañana del sábado y cuando casi no quedaba combustible, Ilunga tomó la decisión desesperada de enfrentarse a la dura tormenta para llegar a un albergue cercano. Cargó a Destiny, de 6 años, a su espalda mientras Cindy, de 16, abrazaba a su cachorro Pomerania y pisaba sobre sus huellas entre las ráfagas de viento.
“Si me quedo en este auto voy a morir aquí con mis hijas”, recordó haber pensado, y dijo que creía que debían intentarlo. Lloró cuando la familia cruzó las puertas del albergue. “Es algo que no olvidaré en mi vida”.
La tormenta dejó poblaciones sin electricidad desde Maine a Seattle. Pero gradualmente se está restableciendo la electricidad y la calefacción en Estados Unidos. Según poweroutage.us, menos de 300 mil viviendas estaban sin luz a las 8 a.m. EDT del domingo, una reducción significativa comparado con el pico de 1.7 millones. En Carolina del Norte, menos de seis mil 600 viviendas no tenían luz, comparado con un pico de 485 mil. Las empresas eléctricas advirtieron de posibles apagones generalizados.
En los seis estados de la región de Nueva Inglaterra, unos 121 mil 300 clientes de la red continuaban sin electricidad el domingo, siendo Maine el más afectado.
En los últimos días se han reportado muertes asociadas a la tormenta en todo el país: siete en el condado Erie de Nueva York; 10 en diversos accidentes viales en Ohio, incluso uno en que unos 50 vehículos estuvieron involucrados, un hombre cuya camioneta se estrelló contra un camión de nieve y un obrero eléctrico que murió electrocutado; cuatro conductores en diversos accidentes viales en Missouri y Kansas; una mujer en Vermont sobre la que cayó la rama de un árbol; un hombre aparentemente sin hogar hallado en medio de temperaturas gélidas de Colorado; una mujer que cayó a través del hielo en un río en Wisconsin.
En México, migrantes acampados cerca de la frontera estadounidense enfrentaban un frío inusual mientras esperaban a una decisión de la Corte Suprema sobre las restricciones de la pandemia que impedían a muchos pedir asilo.
Vivian Robinson, de la iglesia Ministerio Urbano Espíritu de la Verdad en Buffalo, dijo que su marido y ella habían acogido y cocinaban para 60 o 70 personas, entre viajeros varados y vecinos de la zona que se habían quedado sin calefacción o electricidad, y que pasarían la noche del sábado en la iglesia.
Muchos llegaron con la ropa cubierta de hielo y nieve, llorando, con la piel enrojecida por las temperaturas de un sólo dígito. El sábado por la noche se preparaban para pasar la Navidad juntos.
“Es conmovedor ver el dolor de que pensaron que no iban a conseguirlo, y ver que habíamos abierto la iglesia, les dio una gran sensación de alivio”, dijo Robinson “Los que están aquí lo están pasando muy bien. Va a ser una Navidad diferente para todos”.
Con información de agencia AP
También te puede interesar:
Esta web usa cookies.