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El número de fallecidos por las lluvias torrenciales en la mitad sur de Japón asciende ya a 199, mientras continúan las labores de rescate y búsqueda de más de una veintena de desaparecidos, según las cifras ofrecidas por el Gobierno.
Unos 73 mil efectivos de las Fuerzas de Autodefensa (Ejército), la policía y los bomberos continúan hoy las labores de salvamento, para las que se han desplegado 80 helicópteros, según informó el ministro portavoz del Ejecutivo japonés, Yoshihide Suga, en una rueda de prensa. Según detalló Suga, el país asiático vive el desastre meteorológico más mortífero en 36 años. Además, el portavoz advirtió sobre la posibilidad de que haya lluvias en la región en los próximos días e instó a los ciudadanos a mantenerse alerta, también por las altas temperaturas que se esperan, y que podrían afectar a las personas desplazadas y equipos de rescate.
Las precipitaciones récord caídas desde el pasado jueves en el archipiélago japonés provocaron inundaciones y corrimientos de tierra a su paso, especialmente graves en las prefecturas de Hiroshima, Ehime y Okayama, donde el fenómeno meteorológico ha arrasado miles de viviendas y dejado varias poblaciones aisladas.
El primer ministro nipón, Shinzo Abe, que ya visitó Okayama el miércoles, se desplazará a Ehime el próximo viernes para supervisar las labores de rescate y asistencia a los afectados, si la situación se lo permite, explicó el portavoz. Importantes empresas, que tuvieron que suspender sus operaciones en dichas regiones por los efectos de la inclemencia meteorológica, comenzaron a retomar su producción tras tres jornadas de cierre. Así ocurrió con el fabricante de vehículos Mitsubishi Motors, cuya planta de Okayama reinició sus operaciones. También lo hicieron las plantas que Mazda Motor tiene en Fuchu, en la prefectura de Hiroshima, y Hofu (prefectura de Yamaguchi).
El fabricante tecnológico Panasonic, por el contrario, mantuvo cerrado por cuarto día consecutivo su planta de cámaras de vídeo profesionales en Okayama y no planea retomar la producción “por lo menos durante una semana, ya que las inundaciones (que afectaron al complejo) han dañado las instalaciones de suministro de energía”, explicó una portavoz de la compañía.
Temor a enfermedades
La intensa escasez de agua y el calor aumentó los temores de enfermedades en Japón, como consecuencia de las peores lluvias torrenciales desde los años ochenta. Más de 200 mil viviendas no tienen agua desde hace una semana después de las inundaciones y deslizamientos de tierras que destruyeron comunidades construidas hace décadas en las laderas de las montañas.
Con temperaturas diarias superiores a los 30 grados y la alta humedad, la vida en las escuelas y los centros de evacuación ha comenzado a pasar factura. El suministro limitado de agua hace que las personas no reciban suficientes líquidos y están en peligro de sufrir golpes de calor, según las autoridades. Además no pueden lavarse las manos, lo que aumenta el temor a las epidemias.
El Gobierno japonés ha enviado camiones de agua a las zonas más afectadas, pero los suministros siguen siendo limitados. “Sin agua no podemos limpiar nada. No podemos lavar nada”, señaló un hombre a la televisión japonesa NHK.
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