La activista sueca Greta Thunberg protagonizó una protesta en Glasgow, junto al centro de convenciones donde se está desarrollando la cumbre del clima, contra los mandatarios mundiales que se encontraban debatiendo las nuevas medidas para proteger el planeta.
Durante dicha manifestación en la ciudad escocesa, la joven cantó junto a los manifestantes presentes alertando sobre las catástrofes que podrían venir si no se trata el cambio climático.
“You can shove your climate crisis up your ass (Puedes meterte la crisis climática por el trasero)”, se escuchó decir a la activista sueca en Festival Park, a orillas del río Clyde.
Durante la marcha, Thunberg apareció con el cabello suelto y una sudadera negra, y repitió “decimos no más ‘bla, bla, bla’, no más explotación de las personas, la naturaleza y el planeta; no más lo que sea que hagan ahí dentro”.
Thunberg llegó a Glasgow el pasado domingo en tren y participará en dos grandes protestas en la ciudad a finales de semana, una el 5 de noviembre organizada por Fridays for Future y otra el día 6 en la que participarán diversas organizaciones ambientalistas británicas de la denominada “COP coalition” (coalición COP).
La activista sueca dijo que “esta COP26 es hasta ahora igual que las anteriores y no nos llevará a ninguna parte” y agregó que “son sólo políticos pretendiendo que se toman en serio nuestro futuro y el presente de las personas que ya sufren los impactos de la crisis climática”.
Posteriormente, se esperaba la llegada de diversos activistas climáticos a bordo del barco de Greenpeace conocido como “Rainbow Warrior”, que desafió a las autoridades de Glasgow con su intención de navegar por el río Clyde hasta la COP26 -a pesar de que en principio se le había negado el acceso-, aunque finalmente no se produjo su llegada.
Aún así, un nutrido grupo de activistas de la organización ecologista Fridays For Future se dirigió a los medios reunidos junto al río para poner de manifiesto que “la prensa solo busca imágenes de Greta y no hace caso al resto de activistas”.
Allí también se reunió un grupo de activistas del colectivo Latinas for Climate (Latinas por el Clima), una organización aliada con Fridays For Future, para poner de manifiesto “el modelo extractivista que financia tecnología para hacerle frente al cambio climático, pero que pasa por encima de los derechos de las personas”, dijo en declaraciones a Efe Karin Watson, activista chilena de este colectivo ambientalista latinoamericano.
La cumbre climática de Naciones Unidas, conocida como COP26 este año, reúne en Glasgow a delegados de casi 200 países para negociar sobre las mejores medidas para combatir el calentamiento global.
La activista climática sueca Greta Thunberg ha dicho que no quiere ser el centro de atención y que debe escucharse también a otros activistas de países en desarrollo.
Pero Thunberg, que inspiró las marchas juveniles Fridays for Future, se vio rodeada como una estrella del rock por seguidores y periodistas cuando llegó en tren el sábado a Glasgow.
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, admitió que las protestas masivas sobre el clima han presionado a los líderes mundiales para que se tomen el tema más en serio.
“Sigan pidiendo acciones”, dijo el sábado Guterres en una conferencia para jóvenes.
Entre los temas más importantes de COP26 está cómo costearán los países pobres el gasto de abandonar los baratos combustibles fósiles a favor de las energías renovables, al mismo tiempo que se adaptan a los efectos del calentamiento global ya provocado en la atmósfera.
Hay un consenso sobre que las naciones ricas, cuyas emisiones de efecto invernadero causaron en gran parte por el cambio climático, tienen que pagar. La cuestión es cuánto.
Muchos gobiernos han insistido en que encontrar empleos “ecológicos” para millones de trabajadores en la industria de combustibles fósiles es un desafío.
Esto es cierto tanto en los países en desarrollo como en los más ricos, como Estados Unidos, donde las minas de carbón y los campos petrolíferos son grandes empleadores en regiones por lo demás deprimidas.
Los árboles, humedales y océanos absorben continuamente dióxido de carbono de la atmósfera.
Calcular cuánto CO2 absorben y almacenan esos sumideros de dióxido de carbono es una pieza clave de la ecuación del cambio climático.
Algunos países creen que pueden compensar buena parte de sus emisiones utilizando sus propios recursos naturales. Científicos y activistas ambientalistas son escépticos.
Con información de agencias EFE y AP
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