17 misioneros norteamericanos fueron secuestrados en Haití hace unos días por la banda «400 Mawozo», quienes hoy amenazaron a través de un video que asesinarán a los religiosos si Estados Unidos (EU) no les paga un rescate de 17 millones de dólares (MDD).
Joseph Wilson, presunto líder de la banda de secuestradores haitianos, filmó un video para difundir en Twiter sus advertencias de muerte a los misioneros cristianos, “Juro por el trueno que si no me dan lo que pido, meteré una bala en la cabeza de estos estadounidenses» sentenció.
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Irónicamente, el plagiador aparece en el video portando una gran cruz colgando del cuello, que complementa su atuendo de traje y sombrero azul, en donde además aprovechó para extender sus amenazas al primer ministro de Haití, Ariel Henry y al jefe de la policía nacional Léon Charles.
El presunto delincuente lanza sus amagos en video delante de varios ataúdes en los que al parecer yacían integrantes de su banda recientemente abatidos “Ustedes me hacen llorar. Yo lloro agua. Pero voy a hacerles llorar sangre”, sostuvo.
Las propias autoridades fueron quienes indicaron que la banda reclamaba un millón de dólares por cada persona secuestrada, si bien se desconoce si eso incluía a los cinco menores del grupo, entre ellos un bebé de ocho meses. Un total de 17 estadounidenses y un canadiense fueron secuestrados, al igual que su chofer haitiano.
Todos los misioneros forman parte del grupo Christian Aid Ministries con sede en Ohio, quienes realizaron una conferencia de prensa antes que alguien publicara el video del violento cabecilla prometiendo derramar la sangre de estas personas.
El portavoz del grupo religioso, Weston Showalter, dijo que los familiares de los secuestrados pertenecen a comunidades anabaptistas conservadoras como los amish y menonitas en Ohio, Michigan, Wisconsin, Tennessee, Pennsylvania, Oregon y Ontario, Canadá.
En esta reunión con los medios de prensa, el religioso leyó una carta escrita por los familiares de los secuestrados, que no se identificaron por su nombre, y en la que dicen que “Dios ha dado a nuestros seres queridos la singular oportunidad de vivir el mandamiento del Señor de amar a nuestros enemigos”.
Paralelamente a el drama de estos norteamericanos cuya vida pende de un hilo, cientos de manifestantes cerraron calles y quemaron neumáticos en la capital de Haití para denunciar la falta de combustibles y el aumento de la inseguridad, y para reclamar la renuncia del primer ministro.
En la protesta que tuvo lugar en el barrio Delmas de Puerto Príncipe, los manifestantes chocaron con la policía de Haití en algunos puntos del barrio. Los agentes lanzaron gases lacrimógenos que se mezclaron con el espeso humo negro de los neumáticos encendidos en las barricadas.
Con Información de Latinus.com
Esta entrada fue modificada por última vez en jueves, 21 de octubre, 2021
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