Las imágenes grabadas con una cámara oculta en una explotación lechera de Okeechobee (Florida, Estados Unidos) en las que se observa a los trabajadores de la granja pateando a las vacas en la cabeza, las ubres, las patas, e incluso pegándoles con palos de acero, algo que ha levantado un considerable revuelo en las redes sociales y de lo que se han hecho eco numerosos medios de comunicación.
El video fue registrado por un investigador de la organización ecologista Misión de Recuperación Animal (ARM, por sus siglas en inglés), que empezó a trabajar en la granja hace unos meses.
La granja en la que han acontecido los hechos se llama Larson Dairy y es una de las mayores instalaciones lecheras de Florida.
Denuncia de irracional maltrato está sobre la mesa
ARM, que tras descubrirlo alertó a las autoridades de lo que allí estaba sucediendo, ha condenado el maltrato y resta ahora a la espera de una respuesta institucional que ponga fin a estas prácticas abusivas, que según la organización se producen de forma más habitual de lo que podemos imaginar en la industria láctea estadounidense.
El investigador de la ARM se infiltró en la explotación de forma clandestina y ha ido documentando los abusos desde entonces, llegando a registrar agresiones a diario.
Las vacas no son las únicas víctimas de la ganadería industrial, donde también se han registrado abusos en granjas de cerdos, terneras, pollos o gallinas. Todo ello para satisfacer a las crecientes industrias cárnica, láctea y del huevo, que son posiblemente las responsables del mayor maltrato animal del hombre.
Y es que ante la elevada demanda mundial de leche, carne y huevos estos animales se convierten literalmente en “máquinas de reproducirse”, siendo necesario enviar cada año a los mataderos un número de animales equivalente a aproximadamente ocho veces la población humana para satisfacer el mercado.
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