Vídeo: Policía de Brasil mata a secuestrador de autobús – Un francotirador de la Policía de elite de la ciudad brasileña de Río de Janeiro abatió al secuestrador que mantenía este martes como rehenes a los ocupantes de un autobús y las autoridades lograron liberarlos.
De acuerdo con un informe preliminar de la Policía Militarizada (PM) en el lugar de los hechos, el hombre enmascarado, que estaba armado, murió cuando era trasladado en una ambulancia a un hospital próximo.
Antes del desenlace, ocurrido a las 9:02 hora local, el hombre, que había amenazado con incendiar el autobús, había liberado a cuatro mujeres y dos hombres que estaban dentro del vehículo.
Según las primeras informaciones, el arma de fuego usada por el secuestrador era de juguete, pero portaba un cuchillo y un galón de gasolina con los que intimidaba a los pasajeros.
El hombre fue impactado cuando se puso en la puerta del autobús, profirió algunas palabras a los negociadores de la Policía e intentaba volver al interior del vehículo. En la acción del francotirador se escucharon tres disparos, de acuerdo con los medios que estaban en el lugar de los hechos.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, defendió la actuación de los francotiradores y recordó el caso del autobús “174”, ocurrido en 2000, cuando una profesora que era rehén murió durante un secuestro similar en Río de Janeiro.
“La orden superior era hacer cualquier cosa, menos disparar y no fue usado un ‘sniper’ (francotirador). El resultado fue la muerte de una profesora inocente y después el bandido murió dentro de la patrulla”, comentó Bolsonaro en sus redes sociales en referencia a la muerte de la rehén hace 19 años por los disparos del secuestrador.
El suceso de este martes, que comenzó a las 5:30 de la mañana hora local, ocurrió sobre el emblemático puente Río-Niteroi, que comunica esas dos importantes ciudades de la región metropolitana de Río de Janeiro y provocó un gran embotellamiento de 81 kilómetros de tráfico desde las primeras horas de la mañana.
La portavoz de la Policía de Carreteras Federal, Sheilla Sena, dijo a los periodistas en un primer momento que según los testimonios de los liberados el hombre se identificó como policía militar, “poniendo a los pasajeros en peligro al amenazarlos que iba a incendiar el autobús”, pero se desconoce cuál era su “propósito”.
La PM indicó a periodistas que la acción parece haber sido premeditada.
El vehículo había salido desde Sao Gonçalo, el segundo mayor municipio del estado y también localizado en la región metropolitana de la capital fluminense, con destino al centro de Río de Janeiro.
El secuestrador, casi dos horas después y con una máscara en su rostro, lanzó un objeto incendiario desde el interior del autobús para ratificar sus amenazas.
Después del desenlace, el gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, un extremista defensor del uso de armas y de la acción letal de la Policía en el combate al crimen, llegó en helicóptero al puente río-Niteroi y se bajó de la aeronave festejando, haciendo señales de victoria.
Brasil amaneció este martes impactado por la toma de un autobús con rehenes en el puente que une Río de Janeiro a la vecina Niteroi, que revivió sucesos similares de la crónica policial y acabó con el único raptor abatido.
Las motivaciones del delincuente aún no han sido esclarecidas, pero el hecho se suma otros casos de enorme repercusión en Brasil, un país en el que, según estadísticas oficiales, ocurren cerca de 500 secuestros por año. Los más notorios han sido los siguientes:
El empresario Roberto Medina, famoso en el mundo de la música como creador y promotor del festival Rock in Rio, fue secuestrado el 6 de junio de 1990 por narcotraficantes y liberado 15 días después a cambio de 2,5 millones de dólares.
Era una época en que los secuestros menudeaban en Brasil, pero el sufrido por Medina tuvo un impacto enorme, incluso por su amplia repercusión en el mundo de la música y la cultura.
En mayo de 1994, Romario vivía uno de sus mejores momentos en el Barcelona FC, cuando fue sorprendido por el secuestro de su padre, Evadair Farias, cuando salía de un bar en Río de Janeiro.
El suceso conmocionó al mundo del fútbol. Romario permaneció en España, pendiente de las investigaciones, y llegó a amenazar con no jugar el Mundial de EU si su padre no era liberado.
Farias fue rescatado por la Policía tres ocho días en cautiverio. Su hijo, finalmente, jugó un mes después el Mundial y fue clave para la conquista del cuarto título mundial de la Canarinha.
El 12 de junio de 2000, un hombre secuestró un autobús de la línea 174 de Río de Janeiro. El hecho movilizó a cientos de policías y periodistas, adquirió una fuerza mediática desconocida hasta ese momento y fue transmitido en directo por todos los canales.
Acabó tras seis horas de tensión con la muerte de una rehén a manos de la Policía, cuando el secuestrador parecía dispuesto a entregarse.
El autor del hecho, Sandro de Nascimento, murió en circunstancias poco claras cuando era trasladado herido hacia un hospital. Luego se supo que era sobreviviente de la llamada “matanza de La Candelaria”, ocurrida en 1993, cuando ocho niños que vivían en la calle fueron asesinados por grupos parapoliciales en Río de Janeiro.
En agosto de 2001, la víctima fue Silvio Santos, uno de los más populares presentadores de la televisión brasileña. Su hija Patricia Abravanel fue secuestrada y liberada tras el pago de 2 millones de dólares.
Una semana después, acorralado por las autoridades, uno de los miembros de la banda llegó a la casa de Santos, en Sao Paulo, sometió al presentador y a su familia y exigió garantías para entregarse.
Se rindió después de ocho horas, solo después de que el entonces gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, se dirigió personalmente a la mansión y aseguró que todos sus derechos serían respetados.
El 11 de diciembre de 2001, el publicista Washington Olivetto fue secuestrado por un grupo armado en Sao Paulo.
Permaneció cautivo durante 53 días y fue rescatado por la Policía, que también capturó a seis de los miembros de la banda, que resultaron ser chilenos, argentinos y colombianos, todos antiguos integrantes de movimientos guerrilleros y condenados a 30 años.
Uno de los cabecillas, el chileno Mauricio Hernández Norambuena, exguerrillero del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), fue extraditado precisamente este martes a su país, donde fue condenado por el asesinato de un senador y otros delitos.
Eloá Cristina Pimentel tenía 15 años, cuando un exnovio llegó a su casa armado en un suburbio de Sao Paulo y la hizo rehén junto a una amiga.
Las retuvo durante cinco días sin llegar a aclarar nunca sus exigencias, hasta que la Policía irrumpió en el apartamento y hubo un intenso tiroteo transmitido en directo por la TV.
El secuestrador y la amiga de Eloá resultados heridos. Ella murió víctima de dos balazos, que la Policía atribuyó al delincuente.
Con información de agencia EFE
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