A cuarenta años de haberse instaurado como el primer método de transportación urbana en José María Morelos, los tricitaxis se niegan a morir, aunque a la fecha, solo persisten en la actividad una decena de trabajadores del pedal a punto de la extinción por falta de ingresos.
El tricitaxi es un medio de transporte ecológico que alguna vez llegó a representar la principal fuente de autoempleo en la cabecera municipal morelense, sin embargo, hoy día quienes se dedican a este esforzado trabajo apenas sacan para malcomer, comentó Oswaldo Pech Cobá, uno de los primeros tricicleros que comenzó a prestar el servicio hace unos cuarenta años.
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“Ganábamos hasta 150, cien pesos, pero ahora no hay, ahora con trabajo alcanza para un kilo de tortilla”, expresó.
Compartió que el día de la entrevista las cosas no pintaban bien, pues apenas se había echado a la bolsa unos quince pesos, mientras el día anterior fue regular pues ganó casi 50.
“Ayer gané como 48 pesos, hoy, quince pesos ya “chan hice”, expresó.
Aun así, resaltó que esta es una actividad que se resiste a morir, pues él y otra decena de trabajadores del pedal siguen vigentes ante la preferencia de algunos usuarios que no gustan de viajar en mototaxi por la falta de cultura vial de varios operadores del transporte motorizado.
“Andan recio, hay veces hasta nos pasan a chocar, se asoman de golpe, se asoman de golpe, pasan a chocar a uno”, expresó.
En la mejor época del tricitaxi, se llegaron a contabilizar hasta 800 unidades circulando en la cabecera municipal, hoy día, apenas se cuentan poco más de diez triciclos, en su lugar, cerca de 435 mototaxis recorren las calles de la ciudad.
