El presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que tiene su conciencia tranquila por haber ordenado la liberación, en octubre de 2019, de Ovidio Guzmán, hijo de El Chapo Guzmán, y defendió que su política de “abrazos, no balazos”, funciona y “vamos a demostrar que es eficaz”.
En su conferencia de prensa matutina en la Tercera Brigada de Policía Militar, reiteró que fue él quien tomó la decisión de que las fuerzas armadas liberaran al hijo de Guzmán Loera, “porque no quisimos arriesgar al pueblo, no queremos la violencia”.
Dijo que, cuando recibió el informe de lo que podía haber sucedido por la respuesta del narco, es que 200 inocentes los que podrían haber sido asesinados, “según la estimación que se hizo y dije ‘no’”.
“No queremos la violencia, esto no lo entienden los autoritarios, los fascistoides, que quisieran resolver todo con el uso de la violencia y todavía hay quienes cuestionan. Pues tengo mi conciencia tranquila, porque cuando pedí el informe de lo que podía haber sucedido, iban a perder la vida más de 200 inocentes, según la estimación que se hizo en ese momento, y dije no”, añadió el Presidente.
Luego de reiterar su confianza en que la institucionalidad de las fuerzas armadas garantiza que no hay riesgo en la militarización de la Guardia Nacional, el Ejecutivo dijo que le ha costado a su gobierno reducir los homicidios dolosos, “pero vamos a lograr” que el índice baje.
Anunció que se fortalecerán los programas sociales para reducir la delincuencia y recordó que, cuando habló de “abrazos, no balazos”, hasta recibió burlas. “Es más eficaz enfrentar el problema de la inseguridad atendiendo las causas. Es un desafío, un reto, pero vamos a salir adelante”, expuso.
Desglosó las personas que son atendidas con programas sociales en Badiraguato, municipio que visitará hoy mismo más tarde y de donde es originario El Chapo Guzmán. “Esto se repite en los 18 municipios de adúnalos, es una forma distinta de enfrentarle problema, atender a la gente, que haya bienestar, que no se margine a los jóvenes. Van a consolidarse los programas de bienestar, darle más opciones y alternativas a los jóvenes, que no sean parte del ejército de reserva para la delincuencia”.
Al preguntarle si existe un riesgo de militarización del país, con la incorporación que propone de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa, dijo que él como jefe supremo de las fuerzas armadas no piensa en represión o tortura.
Aún con el cambio de gobierno, adujo, no existe ese riesgo porque el Ejército y la Marina “son instituciones muy consolidadas, con mucho respaldo por los ciudadanos. Cómo no apoyarnos en las fuerzas armadas. Si estuviera pensando en el ‘mátalos en caliente’, en las masacres, sí habría preocupación, pero no. Vamos a respetar la vida de todos y esa mística está en las fuerzas armadas”.
En una conferencia donde el mandatario abordó de forma amplia el tema de seguridad, expuso que los delitos en general han bajado, “eso se puede probar. Hay una disminución, incluso en homicidio, pequeña, pero hay. ¿Por qué nos ha costado? Porque estaba muy arraigado el problema. Por dos causas de fondo: la corrupción y la complicidad, y el abandono de la gente. Por eso cuesta, pero ahí vamos. Y lo vamos a lograr”.
Insistió que la violencia no se podría enfrentar con una guerra como en el pasado. “No se puede enfrentar el mal con el mal y esto no les cuadra, no les gusta a los conservadores. Apuestan al ojo por ojo y diente por diente, y que nos quedemos ciegos y chimuelos todos”.
El 17 octubre de 2019, fuerzas federales capturaron en Culiacán, la capital de Sinaloa, a Ovidio Guzmán, uno de los capos más buscados y requeridos por la justicia mexicana y también con una orden de aprehensión y extradición de Estados Unidos.
Sin embargo, la ciudad fue sitiada por elementos del Cártel de Sinaloa, que sembraron terror aquel día en Culiacán y buscaban a toda costa impedir la salida de uno de sus líderes con destino a Estados Unidos.
Entonces, López Obrador dio la orden de liberar a Ovidio Guzmán, en una decisión fuertemente criticada por expertos y la oposición, que sin embargo se vio respaldada en la opinión pública en encuestas locales y nacionales, ya que evitó lo que se dirigía hacia una masacre asegurada.
“Siempre vamos a respetar la vida de todos y esa mística está en las Fuerzas Armadas. Se está avanzando mucho en ese propósito. Si el Gobierno que represento estuviese pensando en la represión, en la tortura, en la guerra, en el ‘mátalos en caliente’, en las masacres, pues entonces sí habría preocupación”, dijo.
Asimismo, López Obrador rechazó que fuera a visitar a la madre del “Chapo” Guzmán, Consuelo Loera, a quien ya le dio la mano en una de sus visitas a Badiraguato. “Esta es una conjetura. Son conjeturas, es que no nos quieren porque eran mandones y ya no lo son. Eso es todo”, dijo.
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