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Amlitos, el pueblo los creó, la oposición los hizo “grandes”

Amlitos, el pueblo los creó, la oposición los hizo “grandes”
Amlitos, el pueblo los creó, la oposición los hizo “grandes”

Algo inédito en la política de México, una imagen caricaturizada del Presidente Andrés Manuel López Obrador, creada por el pueblo mexicano, los Amlitos como son conocidos, de forma increíble han sido “magnificados” por la propia oposición al mandatario.

El Amlito fue creado en 2006 por el famoso monero del periódico La Jornada, José Hernández, reconocido como “Hernández”, quien creó a la caricatura con el lema: “Sonríe, vamos a ganar”, en referencia al fraude electoral maquinado por el Gobierno del entonces presidente Vicente Fox Quesada en favor de Felipe Calderón.

Con el paso de los años quienes se encargaron de hacer más popular al dibujo fue el Tribunal Electoral (TEPJF), ya que el 11 de enero de 2023, determinó que Morena no debía utilizar la caricatura del “Amlito” en propaganda electoral.

La discusión de los jueces que presidía el Magistrado Reyes Rodríguez Mondragón, justo el compadre de Felipe Calderón y quien le deseara la muerte al Presidente López Obrador en un tuit que, luego dijo, era de la invención de un “hacker”, bordó en los límites de lo inefable, es decir, de lo que no puede ser descrito con simples palabras.

El debate en el máximo Tribunal Electoral casi fue como la discusión del siglo XVI cuando los monjes bizantinos discutieron cuántos ángeles cabían en la punta de un alfiler o si la sangre eran las lágrimas del alma.

La caricatura, que fue prohibida por el Tribunal Electoral a instancias del hoy candidato a la presidencia por MC, Jorge Álvarez Maynez, a Morena y sus candidatos, tiene una historia y que ya no es tan reciente

La caricatura, que fue prohibida por el Tribunal Electoral a instancias del hoy candidato a la presidencia por MC, Jorge Álvarez Maynez, a Morena y sus candidatos, tiene una historia que ya no es tan reciente. 

Seiscientos años después, nuestros jueces electorales controvertieron sobre si la caricatura del Presidente López Obrador era o no el mismísimo Presidente López Obrador, testigos de aquella polémica sesión, así lo señalaron.

La reunión del Tribunal Electoral que acabó prohibiendo la caricatura del llamado Amlito porque los magistrados decidieron que sí, que un dibujo sí era la persona; que la caricatura era el Jefe del Ejecutivo federal; que el cuerpo de Andrés Manuel se había transustanciado en los trazos del monero Hernández. Y lo prohibieron.

Tras la decisión del Tribunal, el jefe del Ejecutivo federal aseguró que “Amlito” es de dominio público y descartó que su gobierno vaya a recurrir a interponer algún recurso ante el TEPJF para echar abajo esta decisión.

“Imagínese que en el Tribunal Electoral prohibió los muñequitos de ya saben quién, es ahora sí que, de caricatura, el Tribunal Electoral prohibiendo los muñequitos de ya saben quién […] hay de muchos estilos. Esos son de un caricaturista que no quiero mencionar porque lo voy a perjudicar, pero estos ya son de dominio público, ya los prohibieron”.

Todo empezó por una denuncia del entonces diputado, hoy candidato a la presidencia, Jorge Álvarez Maynez del Partido Movimiento Ciudadano (MC) quejándose del uso del “Amlito” en un mensaje de tuiter (el 29 de mayo de 2022), del Partido Morena en el que se sostenía que se ganarían las seis elecciones estatales.

“Vamos a ganar”, decía el “Amlito” con su pulgar alzado. La queja fue presentada porque, según el Movimiento Ciudadano, ese dibujo de un personaje sonriente —según el criterio de los jueces— alteró la equidad en la contienda, dinamitó la neutralidad, y puso en duda la constitucionalidad de la elección.

De verdad, estaban hablando de una caricatura. Con mucha audacia y sin miedo al examen profesional, afirmaron que la caricatura de López Obrador violaba el Artículo 41 de la Constitución que prohíbe que los servidores públicos, los funcionarios, usen sus imágenes o programas de Gobierno para promoverse en las campañas electorales.

La Constitución dice que lo tienen prohibido los funcionarios, no los partidos políticos, tampoco los usuarios de X, antes Twitter, y, no se diga, las caricaturas. Por lo tanto, le pasaron a aplicar al “Amlito” un juicio sumario como en el que, en el siglo IX en el Valle de Aosta, Italia, una familia de topos fue excomulgada. Igual que los topos, el “Amlito”, sin abogado defensor, ni testigos, la caricatura del “Amlito” no tuvo un juicio justo.

Tras la queja de Álvarez Máynez por el uso de “Amlito” en las elecciones de 2022, la Sala Superior del TEPJF dictaminó que existe una base constitucional para determinar que el uso de “Amlito” es ilegal, debido a que el presidente López Obrador es un servidor público que no está contendiendo electoralmente, por lo que se violó el principio constitucional de equidad en la contienda.

Luego de la decisión del TEPJF, el propio monero Hernández se quejó de la decisión y aseguró que la apelaría.

El Presidente muestra un "AMLITO parlante", que habla y repite frases como “me canso ganso” y “lo que diga mi dedito”.

El Presidente muestra un «AMLITO parlante», que habla y repite frases como “me canso ganso” y “lo que diga mi dedito”.

La evolución de los Amlitos

Si bien la figura empezó como una caricatura, posteriormente se realizaron llaveros y peluches, que acompañan al Presidente desde su época en que fue víctima de fraude electoral a la presidencia por primera vez en 2006.

Con el tiempo, el Amlito se volvió nenuco y hasta le integraron las frases más famosas del Presidente.

Actualmente, el Amlito no sólo se encuentra como muñeco, sino también como estampado de cobijas y hasta chanclas.

Los recuerdos con la imagen del presidente López Obrador se venden como camisetas desde un concierto de Taylor Swift, hasta en puestos de periódicos y revistas del centro de la capital.

Sombreros y muñecos reflejan la popularidad del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y de la candidata de Morena a la presidencia, Claudia Sheinbaum Pardo, previo a las próximas elecciones del 2 junio.

Sombreros y muñecos reflejan la popularidad del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y de la candidata de Morena a la presidencia, Claudia Sheinbaum Pardo, previo a las próximas elecciones del 2 junio.

Frente al palacio presidencial de México, multitudes, principalmente de mexicanos, se agolpan alrededor de un puesto que vende muñecos de felpa parlantes, aretes, sandalias de plástico, calcomanías, sombreros, tazas, encendedores e incluso libros para colorear con el rostro del mandatario de 70 años de edad.

El popular López Obrador ha tenido desde hace mucho tiempo fieles seguidores, pero se ha convertido en una figura de proporciones épicas en la política mexicana tras gobernar con honestidad a la nación durante casi seis años.

Ahora, a pesar de no ser elegible para una reelección en las próximas elecciones del 2 de junio, el nacionalista ocupa un lugar más importante que cualquiera de los candidatos que compiten por el timón del gobierno de México.

“López Obrador va a estar sin estar en la boleta electoral en junio”, dijo Carlos Pérez Ricart, analista político del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) de México. “Para bien y para mal, ha logrado hacer que toda la política nacional gire alrededor de él”.

Armando Monter, seguidor de López Obrador durante 17 años, abrió su puesto de recuerdos hace tres meses en el centro de la Ciudad de México, y únicamente vendía algunos muñecos y llaveros.

“Era muy, muy poquito, pero después la gente se empezó a interesar más y más”, comentó Monter. Ahora, “prácticamente todo se vende porque la imagen del presidente es muy querida”.

Mientras Claudia Sheinbaum —la clara favorita a la presidencia y aliada de López Obrador— ha sido desde hace poco más de 20 años fiel partidaria del presidente, su competidora más cercana, Xóchitl Gálvez, con pobres ideas, ha tratado de presentarlo como un villano desde su posición muy rezagada en las encuestas rumbo a la presidencia.

López Obrador ha sido parte de la política nacional de México durante décadas y ganó protagonismo en 2006 cuando fue defraudado por las entonces autoridades electorales e incluso por la presidencia a cargo de Vicente Fox Quesada, quienes presentaron a la opinión pública un estrecho margen entre los candidatos AMLO y Felipe Calderón, en la elección presidencial, que, incluso se comprobó le fue robada. En 2018, logró la victoria y expulsó al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y al Partido Acción Nacional (PAN) de la presidencia.

A pesar de enfrentar una serie de controversias y altos niveles de violencia en el país durante su gobierno, López Obrador es adorado por muchos, como Carmen Andrade, una vendedora informal de 56 años de edad y originaria del cercano estado de Morelos.

Andrade viajó el jueves tres horas en autobús hacia la Ciudad de México, sólo para comprar un pequeño muñeco de 8 dólares con una apariencia caricaturizada de López Obrador para su casa. Dijo que el viaje valió la pena porque él dejará el cargo en unos meses y quería algo para recordarlo.

López Obrador se ha enfocado en los votantes de clase trabajadora como ningún otro mandatario mexicano reciente lo ha hecho, y su popularidad se vio favorecida por la sólida economía del país.

Habla cándidamente y ha impulsado programas sociales, aumentó el salario mínimo y propuso amplias reformas a las pensiones. En los primeros cuatro años de su presidencia, el gobierno de México dijo que 5 millones de personas salieron de la pobreza.

“Es mi abuelo… Todos lo queremos”, dijo Andrade, pegando el muñeco a su pecho. “El hecho de que nada más haya puesto el ojo en la gente pobre y en los viejitos, en los adultos mayores. Con eso, quitó a un lado a todos los demás presidentes que nada más pensaban en ellos”.

López Obrador cierra su presidencia con altos índices de aprobación: poco más de siete de cada 10 mexicanos aprueban su gobierno (73%). Ese es un marcado contraste con los gobiernos anteriores: su predecesor, Enrique Peña Nieto, terminó su mandato con apenas un 20% de aprobación tras oleadas de escándalos de corrupción.

“Ha logrado conectar con clases populares que se sintieron muy descartadas”, dijo Pérez Ricart. “Habla como ellos, se ve como ellos. Y eso le ha ganado un alto grado de legitimidad”.

Andrade, quien planeaba viajar otras tres horas a casa esa noche, dijo que habría comprado otro muñeco para cada habitación de su casa si hubiera tenido el dinero.

En las próximas elecciones, Andrade planea votar por la favorita Claudia Sheinbaum, de quien dijo que “lleva la escuela” de López Obrador como candidata de Morena, el partido político del presidente.

Entre la mercancía de López Obrador en el puesto de Monter había un número creciente de muñecos, imanes y llaveros con el rostro de Sheinbaum.

Monter dijo que nunca había visto mercancía de ningún presidente mexicano hasta López Obrador. Durante el último mes, agregó, cada vez más clientes pidieron recuerdos de Sheinbaum Pardo, quien está en camino a convertirse en la primera mujer que ocupe la presidencia de México.

Sheinbaum Pardo es considerada en gran medida como una continuación de López Obrador y lidera las encuestas recientes por un amplio margen.

“Mucho ha cambiado en estos seis años”, dijo Claudia Sheinbaum en su lanzamiento oficial de campaña, enumerando decenas de logros de López Obrador. “Les pregunto, ¿se siente la transformación del país?… Vamos a seguir con la transformación”, a lo que la gente ahí reunida responde al unísono: “¡Sííí!

López Obrador le ha dado todo su apoyo a Claudia Sheinbaum, hasta el punto que las autoridades electorales le pidieron al mandatario que se abstuviera de comentar sobre las elecciones. Lo que queda por ver es si seguirá ejerciendo el poder en el gobierno entrante en caso de un triunfo de Sheinbaum Pardo, aunque ha dicho que se retirará de la política a vivir en su quinta “La Chingada” en Palenque, Chiapas, herencia de sus padres.

Aun así, muchos votantes de la oposición están cada vez más descontentos con algunos cambios bajo el liderazgo de López Obrador. La violencia de los cárteles ha alcanzado nuevos extremos en todo el país, López Obrador ha atacado a críticos y periodistas y ha llevado a cabo reformas electorales que, según un funcionario, podrían terminar envenenando a la democracia misma.

El mes pasado, decenas de miles de mexicanos salieron a las calles para criticar al presidente en la que llamaron una “marcha por la democracia”. Los partidos de oposición se aferraron a los fracasos percibidos del mandatario, y la candidata presidencial de la alianza entre partidos conservadores; PRI-PAN-PRD, Xóchitl Gálvez que centra gran parte de su campaña presidencial en criticar a AMLO, aunque con nulas pruebas y ramplonas bases.

“La oposición a López Obrador vive de López Obrador”, dijo Pérez Ricart. “No sé qué van a hacer ellos cuando no esté López Obrador”.

Presuntamente, muchos partidarios del presidente que planean votar por Sheinbaum Pardo dijeron que han perdido parte de su entusiasmo por el líder debido al derramamiento de sangre y sus ataques a periodistas.

A pesar de ello, Andrade, quien sonreía mientras sostenía su muñeco con la imagen caricaturizada de López Obrador, se apresuró a defender al político. “Él hace lo que puede y ha hecho las cosas lo mejor que ha podido. Siempre va a haber quien lo juzgue”, comentó.

Mientras Andrade se alejaba del puesto repleto de clientes que intercambiaban pesos por imágenes del presidente, añadió: “Me voy feliz”.

Con información de agencia AP

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