Un operativo conjunto de autoridades federales impidió recientemente el envío clandestino de un cargamento de mercurio líquido que pretendía salir desde el puerto de Manzanillo con destino final en Bolivia.
El decomiso, que consistió en cinco toneladas de esta peligrosa sustancia, fue resultado de un trabajo coordinado entre la Agencia Nacional de Aduanas de México y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), según informó esta última en un comunicado oficial.
El metal líquido, reconocido por su alta toxicidad y clasificado como una sustancia de manejo altamente peligroso, se encontraba almacenado en 216 cubetas de pintura de veinte litros cada una.
El hallazgo se produjo gracias a una inspección de rutina de la aduana, cuyos especialistas confirmaron la naturaleza del producto tras someterlo a análisis fisicoquímicos en su laboratorio central.
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Dado que la exportación no contaba con los permisos requeridos por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Profepa procedió a inmovilizar de inmediato el embarque dentro del recinto fiscalizado. Esto marcó el inicio de un procedimiento administrativo conjunto con la Fiscalía General de la República (FGR) y las autoridades aduaneras.
El marco legal en México contempla severas sanciones para este tipo de actos. La Profepa recordó que, conforme al artículo 414 del Código Penal Federal, el tráfico o exportación no autorizada de sustancias peligrosas —por sus características explosivas, inflamables, tóxicas, corrosivas o radioactivas— puede ser castigado con penas que van de uno a nueve años de prisión, además de multas que oscilan entre 300 y 3 mil días de salario.
Pese a la gravedad del caso, las autoridades ambientales no revelaron el nombre de la empresa involucrada ni ofrecieron información sobre personas detenidas en relación con esta tentativa de exportación ilícita.
Cabe destacar que el mercurio es considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como uno de los diez productos químicos que representan mayor preocupación para la salud pública mundial.
Su presencia en el organismo, incluso en dosis mínimas, puede generar efectos devastadores, especialmente en fetos y niños pequeños. También es nocivo para los sistemas inmunológico, nervioso y digestivo, así como para órganos como los pulmones, riñones, piel y ojos.
Este caso subraya la importancia del Convenio de Minamata sobre el mercurio, al cual México está adherido. Dicha normativa internacional impone restricciones estrictas al uso, almacenamiento, importación y exportación de este elemento químico debido a su elevado riesgo ambiental y sanitario.
“Los aspectos más destacados del Convenio de Minamata incluyen la prohibición de nuevas minas de mercurio, la eliminación gradual de las existentes, la reducción del uso del mercurio en una serie de productos y procesos, la promoción de medidas de control de las emisiones a la atmósfera y de las emisiones a la tierra y al agua, así como la regulación inexistente del sector de la minería artesanal y a pequeña escala”, detalló la Profepa.
Mediante esta intervención, México reafirma su compromiso con la protección del medio ambiente y la salud humana, al tiempo que actúa en concordancia con sus obligaciones internacionales para frenar el tráfico ilícito de sustancias peligrosas como el mercurio.
Con Información de Agencias