Las barras bravas o grupos de animación están lejos de desaparecer del futbol mexicano a pesar de protagonizar hechos violentos como el vivido el pasado fin de semana en el Estadio Corregidora de Querétaro, debido a la fuerza que han tomado dentro de los clubes y a que son una parte importante del negocio del futbol, coincidieron estudiosos del deporte mexicano.
“Lamentablemente en México como los clubes tienen una relación clientelar, hay clientelismo en el vínculo con estos grupos (las barras), hay una relación de intercambio. Los clubes a cambio del supuesto color que le ponen a las gradas, les entregan una serie de beneficios desde cositas pequeñitas como boletos, hasta poder hablar con los jugadores, poder hablar con el técnico, seguirlos a diferentes estadios donde jueguen los equipos”, dijo el maestro Samuel Martínez, académico del Departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana, en entrevista con SinEmbargo.
El especialista de la Ibero aseguró que a cambio de esa relación, las barras y los equipos construyen una serie de vínculos de poder en donde el club no toca a los líderes, ni los cabecillas de la barra, a cambio de que estos grupos de animación apoyen en todos los juegos al equipo.
“Construyen una especie de mercadotecnia alrededor de la barra, utilizan logos, los venden, venden camisetas, venden los viajes, venden boletos, consiguen boletos a la gente, una manera de conseguir boletos es acudir a las barras, en fin, es una serie de negocios que se solapan y se aceptan, el club no se mete en eso mientras no afecten sus intereses”.
En tanto, el académico Carlos Octavio Cruz, Coordinador Deportivo de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) recordó que estos grupos de animación llegan a alcanzar niveles de poder importantes dentro de los clubes, lo cual los lleva a influir de manera directa en las decisiones que se toman dentro de los equipos.
“Yo creo que tiene que ver mucho con el nivel de poder incluso que ha llegado a alcanzar estos grupos, estas barras, en un equipo y el nivel de poder que alcanza incluso a influir en las decisiones de dueños de equipos, directivos y de patrocinadores incluso”, señaló.
Cruz recordó que estos grupos surgieron con el único objetivo de apoyar a los equipos, pero con el paso del tiempo empezaron a consolidarse dentro de las estructuras de los clubes hasta el punto de volverse incontrolables en algunos casos.
“Conforme se van consolidando, y se les van permitiendo muchas cosas, muchas acciones incluso hasta fuera de las reglas, pues creo que empiezan a darles más fortaleza al punto que llegan a ser incontrolables, el nivel de poder que alcanzan dentro de la misma organización deportiva pues los hace a veces fuertes y un tanto difícil de acabar con ellos de la noche a la mañana”.
El pasado 8 de marzo, la Liga MX anunció la suspensión por cinco años del cuerpo directivo del club Querétaro, así como un año de veto para el Estadio Corregidora por los hechos violentos registrados el pasado sábado 5 de marzo, cuando aficionados de los Gallos blancos y seguidores de los rojinegros del Atlas se enfrascaron en una batalla campal que se extendió hasta el campo de juego, la cual obligó la suspensión del encuentro y que dejó un saldo de 26 personas heridas.
Yon de Luisa, presidente de la Federación Mexicana de Futbol (FMF), y Mikel Arriola, presidente de Liga MX, fueron los encargados de dar a conocer los acuerdos tomados por la Asamblea de Dueños donde destaca la inhabilitación por cinco años de todos sus derechos federativos para la actual administración del club Querétaro, integrada por Gabriel Solares, Adolfo Ríos, Greg Taylor y Manuel Velarde.
Las autoridades decidieron multar al club con 1.5 millones de pesos. Además, se decidió que la franquicia queretana regresará a manos del Grupo Caliente, quien vendió el certificado de propiedad a la directiva recién destituida, para administrarlo. Con ello, la familia Hank tendrá plazo de un año para vender al equipo y, en caso de no lograr concretar la operación, la Liga MX se comprometió a operar al club.
“No se trata problema de fondo”
Carlos Octavio Cruz aseguró que las medidas anunciadas por la FMF y la Liga MX no tratan de fondo el problema de la violencia en el futbol y afirmó que sólo implementaron una solución superficial.
“Hay que ver qué tanta relación tienen estos grupos con los mismos dueños de equipos, el mismo equipo, con otros actores incluso que pueden ser de fuera, que tienen intereses económicos o de otra índole y creo que estas sanciones sólo tratan de tapar un poco lo que ha sucedido, pero en realidad creo que de fondo pues no afrontan el problema”.
En tanto, Samuel Martínez indicó que con la conferencia, tanto Mikel Arriola como Yon de Luisa simplemente paliaron la crisis anunciando una serie de medidas a corto plazo, pero señaló que no se presentó un plan de acciones para resolver el problema de raíz.
“Lo que está haciendo esta conferencia del día de hoy es una reparación de daños, los manuales de crisis de comunicación señalan que después de la emergencia hay que salir a atender a las víctimas, eso hicieron el domingo los federativos, el Gobernador de Jalisco, el Gobernador de Querétaro, eso hizo Mikel Arriola, salieron a paliar un poco la crisis, a bajar un poco la ansiedad a decir que estaban haciendo algo, que estaban planificando tomar acciones para resolver esto y que nunca se volviera a repetir”.
Un tema más allá del futbol
Los académicos de la Universidad Iberoamericana y la UNAM coincidieron en que el tema de la violencia en el futbol y los estadios es un tema mucho más profundo, una problemática que rebasa al deporte, y que debe ser tratada como una cuestión social.
“Este tema es mucho más profundo, es más amplio, rebasa al futbol, rebasa a lo que pueden ser los equipos y la Liga y están haciendo lo mismo que están haciendo en ocasiones anteriores, tal vez con medidas más estrictas, al tratar de poner algunos castigos que ellos consideran ejemplares, realmente no lo son. Toca a la sociedad, toca a los diferentes actores de la sociedad qué tan eficientes serán esas medidas. Al parecer como esto se trata de un tema cultural, un tema social, que no solo atañe al deporte, pues van a tener poco efecto a largo plazo”, dijo Samuel Martínez.
Carlos Octavio Cruz, Coordinador Deportivo de la FES Aragón, indicó que el deporte debe verse más allá del espectáculo y afirmó que los responsables del balompié nacional y las autoridades federales tienen la obligación de trabajar de manera conjunta para hacer una reestructura en este ámbito.
“Creo que el aspecto negativo no ayuda, entonces a través de la educación puede darse algo, creo que debe generarse otra cultura deportiva, otra forma de ver el deporte, creo que los directivos, el mismo Gobierno, debe trabajar de manera conjunta con estas organizaciones como la Federación Mexicana de Futbol y generar otro tipo de mensajes, otro tipo de estructura, otro tipo de esquemas”.
El maestro Samuel Martínez recordó que la mayor parte los integrantes de las barras se unen siendo menores de edad, con el paso de los años, dijo, estos adolescentes terminarán como los líderes de estos grupos de animación.
“Todas la barras tienen jerarquías, tienen estructuras de poder y de relación de control internamente, la mayor parte que se incorpora a una barra lo hace a los 14, a los 15 años, esos jóvenes de secundaria que se están incorporando a una barra, en unos años serán los líderes, no hay ningún problema ahorita que algunos de los líderes que ya tienen 30 o 35 años sean capturados o sean estigmatizados porque al rato van a venir los otros”.
El académico de la Universidad Iberoamericana detalló que el fenómenos de las barras bravas refleja la situación en la que viven miles de jóvenes en México, pues la mayoría de sus integrantes son muchachos de clase media y media baja de sectores populares que se encuentran en situación vulnerable.
“Este tipo de fenómenos lo que nos deja ver es la situación en la que se encuentran muchos de los jóvenes de nuestro país, jóvenes que están muchas veces en situación de olvido por falta de oportunidades, por falta de apoyos, por falta de empleo, de educación, de muchas cosas, entonces los clubes y los gobiernos deben tener, como ha pasado en muchos países, programas que vayan más allá de la cancha, programas que eduquen a los aficionados, programa que apoyen a que las aficiones se organicen para que hagan cosas también sociales, no solamente deportivas”.
Finalmente, el profesor de la UNAM indicó que los jugadores, directivos y el Gobierno deben trabajar en conjunto para promover entornos de paz y armonía entre los niños y jóvenes.
“Que importante es cuando un jugador estrella de cualquier equipo se convierte en un ejemplo para niños, para jóvenes a través de pláticas, a través de educación sobre entornos de paz, entornos de armonía, entornos de juego limpio que son los que realmente deben promover tanto el Gobierno, como los directivos, y los mismos jugadores, ellos son parte de este problema o parte de la solución”.
Lo ocurrido en el Estadio Corregidora recuerda algunos de los peores episodios de violencia protagonizados hace décadas por los hooligans en Inglaterra y, en años más recientes, por las barras bravas en Argentina.
El origen de las barras en México se remonta a finales de la década de los años noventa. El empresario argentino Andrés Fassi es señalado como uno de los principales impulsores de traer a estos grupos a territorio nacional.
El primer grupo de animación en México fue del Pachuca con la barra Ultra Tuza en 1996, le siguió Chivas con La Legión 1908, Pumas con La Rebel y el América con La Monumental. Pese a apoyar a equipos rivales, las barras comparten una característica en general: cantos homofóbicos e insultos hacia jugadores y afición del equipo en turno.
Con información de Alfonso López Dávila https://www.sinembargo.mx/12-03-2022/4138641
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